“Esta Orixá nos habla sobre las posibilidades de elegir nuestro cuerpo materno. El cuerpo de Aline (la facilitadora del encuentro) me dijo que yo también podía elegir (…) podría permitirme ser un baluarte de alegría que le transmite a mi hija su capacidad y ganas de vivir desde la ética de su propio cuerpo. Como si, de una u otra manera, la posibilidad de ser madre-cuerpo nos es ofrecida por una diosa al comienzo de todo. Este cuerpo de una Orixá me mostró un cuerpo emancipado que yo no conocía. La danza, las madres bailando y el Itã de Oyá. Esa fue para mi cuerpo la imagen viva de emancipación”. Camilla Rocha Campos

Obras cabecera: Captura de acción IMG Revista acontecimento de Camilla Rocha Campos en colaboración con Daniel Bardusco

Converso con Camilla Rocha Campos, artista, investigadora, actualmente directora de CAPACETE International Residency Program en Río de Janeiro y compañera de activismos materno-vitales para imaginar nuevas formas de armar el vivir/sentir/comunitario. Su lenguaje habla de la potencia de la oralidad, de los cuerpos y de las experiencias de aprendizaje grupal.

Rocha Campos nos propone abrirnos a epistemologías pirateadas frente a las creencias eurocentradas, vivir el cuerpo como lugar de resistencia atravesado por la complejidad socio-político-cosmo-espiritual-ancenstral y rescatar la potencia en cualquier Orixá.

Luisa- Estamos ante un cambio de paradigma o, como diría Boaventura de Sousa, una transición paradigmática de todo lo propio a las maternidades o trabajos maternos o reproducción social. Desde posiciones de feminismos no-coloniales se reivindica el cuerpo, integrar el cuerpo, y politizarlo al máximo posible. ¿Cómo lo sientes tú? ¿es importante politizar el cuerpo que gesta y el cuerpo que materna? ¿debemos incluirlo como lugar de reflexión desde la izquierda crítica?

Camilla- Esta es la primera vez que mi cuerpo pasa por el proceso de maternidad, un paso orientado más por una línea familiar (tanto afectiva y nuclear) y ancestral que por directrices políticas de estado que traen en sus acciones y discursos la patologización del cuerpo maternal y el binarismo de una medicina patriarcal normativa sumada a un sistema educativo disciplinario/carcelario.

Para mí es importante responder a la pregunta y encaminar la conversación hacia la dimensión de mi cuerpo, recordando una frase de Silvia Rivera Cusicanqui en la que nos ofrece la imagen de que «hoy tenemos en el cuerpo el último reducto de resistencia». Así el cuerpo es el centro de una movida que parte de nuestro vínculo con nuestros ancestros, la tierra y la propia vida. Traer la conversación hacia la dimensión de mi cuerpo es asumir que existen varias maternidades en las que la palabra madre no cabe sólo en el cliché de amor, sino también en el de radicalidad.

Luisa- Una de las propuestas que manejo es que para vivir una maternidad o trabajo materno emancipado deberíamos volver al cuerpo, a la fisicalidad de la crianza, para salir de las lógicas neoliberales que nos adiestran a tener que fabricar una determinadas condiciones materiales o expectativas profesionales para poder maternar y lo que nos encontramos, sistemáticamente, es que durante ese proceso los cuerpos se imposibilitan, se ven atravesados por mucha violencia económica, violencia médica, violencia patriarcal. ¿No crees, Camilla, que deberíamos recuperar la físicalidad de la maternidad, la fisicalidad del trabajo materno, para integrarla como un proceso de afectación de un cuerpo con otro cuerpo, no como un destino neoliberal? Plantearla como una actividad humana trascendente, vinculante, continua (contraria a la lógica de deseo-consumo-emocional cambiante como parte del imaginario colonial-capitalístico) e incorporarla de una manera más plástica, más absorbible, en cualquier etapa vital donde el cuerpo gestante/sostendor o cuerpo sostenedor desea/decide asumir dicha actividad, ¿podría ser una buena estrategia de emancipación?

Camilla- Estoy de acuerdo con tu propuesta y me gustaría saber más al respecto porque en mi imaginación veo innumerables líneas de escape que podrían operar esta suposición/hipótesis. Pienso aquí: ¿cuál sería la fisicalidad de la maternidad? ¿qué sería la emancipación para mi cuerpo? y, ¿para el tuyo? ¿qué sería para esa otra madre allí? ¿dónde propones tú recuperar la fisicalidad de la maternidad? ¿cuál es el punto de partida desde el cual deseas recuperarlo? ¿quienes partimos de este mismo principio?

Aquí podemos abrir las epistemologías pirateadas frente a un sistema eurocentrado que nos ofrece múltiples capas de subjetividades “prêt-à-porter” y que nos impide insistentemente acceder a otras posibilidades para criar lxs hijxs. Estas epistemologías otras, las que fueran pirateadas, han sido durante mucho tiempo la base de la experiencia y la prueba concreta de la plasticidad de la absorción de un proceso de afectación de un cuerpo a otro.

Luisa- Desde aquí, desde el lugar que habita mi cuerpo, entre la España del centralismo y el poder, Madrid, y desde el sur, Murcia, sur del sur de Europa, la fisicalidad que propongo recuperar tiene que ver con la apropiación del propio cuerpo como herramienta epistémica, como herramienta de poder para generar narraciones legítimas, sobre todo lo propio a los sentires y potencias del ser que se entrelazan con nuestras carnes, nuestras tetas, nuestra sangre, nuestras pieles.

La fisicalidad tiene que ver con el entrelazamiento con las fuerzas de lo vivo, como señala la pensadora, Suely Rolnik, en su maravillosa publicación sobre apuntes para descolonizar lo inconsciente. La fisicalidad tiene que ver con establecer lógicas y narraciones a partir de lo vivo para-lo-vivo no vivir en lógicas que nos llevan a la muerte y a la opresión.

Recuperar la fisicalidad en la maternidad o trabajo materno está imbricada con la potencia del aprendizaje de los cuerpos que se afectan y crecer en interdependencia, porque la vida va de eso. Con fisicalidad no me refiero a nada que tenga que ver con poner el cuerpo a disposición de los roles de género, del reparto sexual del trabajo o de la mitologización de la feminidad. Aboga por vivir/sentir (epistémicamente) a partir de nuestros cuerpos, vivir a partir de lógicas de-lo-vivo en un contexto donde el género y sus asignación se han desmontado.

Vivir la fisicalidad desde la emancipación de los cuerpos puede significar que hemos logrado articular un sistema político/doméstico donde los cuerpos gestantes y/o sostenedores no llevan toda la carga de trabajo brutal silenciado y devaluado, sino que se distribuye a través de apoyos públicos/comunitarios que a su vez generen crianzas gozosas desde unos cuerpos que no son sobre-explotados. Una emancipación que incluya a todos los cuerpos, a todos los cuerpos no-blancos, a todos los cuerpos del Sur Global, del Sur del blancocentrismo, cuerpos del Sur del Norte (donde mi incluyo como nacida en el Sur de los PIGS) fueras de las lógicas que impone el feminismo-blanco-céntrico donde ningún cuerpo expropie la maternidad a otro cuerpo para poder vivir la suya.

Una emancipación que sea para todos los entornos y contextos. Una emancipación que permita atravesar los procesos de-lo-vivo desde nuestros propios ejes de coordenadas, desde las prioridades de-lo-vivo, no desde unos ejes marcado por una verga turbocapitalista enloquecida, ni por el racismo colonial. Una emancipación que permita desarrollar tus potencias como ser sin violentar a ningún otro cuerpo. Camilla, ¿qué sería para ti un cuerpo materno emancipado?

Camilla- Gracias por compartir tu construcción de cuerpo y emancipación. Es importante ofrecernos el significado de las epistemologías que vivimos, estableciendo reflexiones a partir de las formas en que se nos presentan. Yo ya tengo varios cuerpos maternos. En mí, se han hecho y deshecho varios pliegues en/y desde mi cuerpo. Recuerdo uno en particular que quiero contar.

Hace unos años, estaba en una reunión de fin de año de la comunidad de aprendizaje de la que formaba parte mi hija, Lina. Éramos varias familias y personas que construyeron ese espacio juntxs. Una de las madres era/es maestra de danza de matriz africana y nos presentó en una clase grupal. Su nombre es Aline Valentim, madre de Même, quien también formó parte del grupo de niñxs. La clase estaba compuesta de música en vivo, movimientos y alegría, lo cual nos dió la posibilidad de acceder a toda la cosmología africana encarnada en gestos, pasos, palabras y ritmo. En este contexto, Aline compartió generosamente uno de los Itãs de Oyá.

Oyá se quitó la piel de búfalo para bañarse en Río. Ogun la siguió y al verla desnudarse descubrió su secreto. Para conseguir que se case con él, Ogun, roba el pelaje de búfalo de Oyá y la chantajea. Por obligación, ella se casa con él y tienen 9 hijos. Oyá era muy hermosa y Ogun la admiraba por eso, lo que puso celosas a sus otras esposas. Un día, las otras esposas descubren el secreto de Oyá, la insultan y la humillan porque creen que ser un animal es un rasgo menor que ser un ser humano.

Oyá, enojada, recupera su piel de búfalo y mata a todas las esposas e hijxs de Ogun, salvando sólo a sus hijxs. Los niñxs ven a su madre allí y le piden que los lleve al bosque com ella pues es búfalo y ya no puede vivir con la gente. Oyá dice que el bosque sería peligroso para ellxs y no podría tomarlxs. Sin embargo, antes de partir, Oyá se quita los cuernos y los deja a sus hijxs para que, de ser necesario, la llamen.

Esta Orixá nos habla sobre las posibilidades de elegir nuestro cuerpo materno. El cuerpo de Aline me dijo que yo también podía elegir, y a partir de ese encuentro grupal podría permitirme ser un baluarte de alegría que le comunica/transmite a mi hija su capacidad y gana de vivir desde la ética de su propio cuerpo. Como si, de una u otra manera, la posibilidad de ser madre-cuerpo nos es ofrecida por una diosa al comienzo de todo. Este cuerpo de una Orixá me mostró un cuerpo emancipado que yo no conocía. La danza, las madres bailando y el Itã de Oyá. Esa fue para mi cuerpo la imagen viva de emancipación.

Luisa- Entonces, ¿podríamos vislumbrar que ese cuerpo emancipado que ansiamos vivir pasa, inexorablemente, por re-conectarnos con todas las capas históricas que nos constituyen como cuerpos con experiencias históricas de lucha y resistencia? O, dicho más fácil, todas esas raíces que nos entrelazan con nuestros árboles e historias psico-genealógicas, ¿nos pueden ir revelando muchas fortalezas que nos ayuden a enfocarnos como cuerpos libres y gozosos?

Camilla- Sí, creo que pasa por lo que ya hemos revisado aquí, de cierta manera: movimientos culturales, políticos, ancestrales, astrológicos, colectivos, individuales, simples. La dinámica del cuerpo es tan compleja de describir, estar asentado en sí mismo y con los suyos, hoy, es un gran desafío; es vida.

Luisa- Muchas gracias, querida Camilla.