“Hay algunas cuestiones (…) que tienen que ver con preguntarnos desde la terapia Gestalt, y la psicoterapia feminista, sobre cómo podemos acompañar procesos de autoconocimiento desde lugares que no nos constriñan (…) poder ir poco a poco desfeminizando la locura. Vaya por delante que en un enfoque terapéutico feminista no se trata tanto de hacer algo como de no hacer. Sobre todo tratar de no reproducir la ideología dominante a través de lo que preguntamos o devolvemos a la persona” -Paloma Calle conversando sobre programa ¿Podemos despatriarcalizar la psique? (Facultad Bellas Artes Complutense) desde Madrid.

Obra cabecera: Díptico (Sin título) (2023) por Paloma Calle sobre los procesos de auto-construcción identitaria, los cuales tienen que negociar con unas psico-estructuras que aprietan para forzarnos a encajar en sus ejes de interpretación productivististas y hetero-blanco-centrados-primermundistas.

Converso con Paloma Calle. Performer, ama de casa, disidente sexual, cuerpo sostendor de dos criaturas, colega, compañera de íntimo-emancipaciones, apunto de terminar su formación como terapeuta gestáltica (donde está estos momentos en GPYF Gestalt Psicoterapia y Formación) y generadora de un proceso potentísimo (y necesario) desde 2018. Configurando como sujeto político a Familias Heterodisidentes (no-heterosexuales, madres solas, otras conformaciones familiares distintas a la monogamia, familias LGTBQ y quienes se sientan apeladxs por este llamado) dentro del pacto social desde maneras de maternar o sostener no-macho-centradas, no-hetero-adaptadas. Situándolo en el espacio público. Recomiendo visitar Familias Heterodisidentes FM o este link en El Salto. Además hemos andando juntas en proyectos como Maternal MUAC (2022) + Who cares sustains? (2021) + todos los horizontes de falo-desprendimiento que nos quedan por empujar.

Ahondamos en lo que Calle expondrá en el próximo Seminario 3 (virtual/presencial retransmisión Canal YouTube BBAA) titulado ¿Podemos desmontar los psico-residuos derivados del constructo histórico «envida del pene» y sus fantasmas edípicos como trasfondo vertebrador de las lecturas hegemónicas de las psique? Suscrito al territorio de fantasmas edípicos, envidia del pene/envidia del útero, consensos implícitos en el pacto psico-falosocial y estructura normativa de interpretación de las falo-lecturas de la psique el próximo jueves 12 de enero a las 3pm (hora España), en la Trasera de la Facultad de Bellas Artes Complutense organizado por Vicedecanato de Acción Cultural, Patrimonio y Participación dentro del programa ¿Podemos despatriarcalizar nuestra psique? Psico-abordajes feministas, prácticas artísticas y emancipaciones.

Luisa- Querida Paloma, tu lugar como cuerpo materno heterodisidente e investigadora performática te dota de un lugar de potente de enunciación dentro del complejo proceso socio-histórico que atravesamos, donde las luchas identitarias nos han puesto sobre la mesa las asignaciones cinceladas que sujetan una actividad humana, tal como es la crianza, a unos ejes brutalmente tutelados y sujetos, a su vez, a una fuerte cultura del castigo. Quería preguntarte, desde donde estás, desde la potencia de tu lugar corpoatravesado de-construido, por cómo te sitúas tú dentro de toda la cultura falogo-céntrica que estructura las pisco-lecturas del inconsciente -desde la práctica gestáltica más falocentrada- donde todavía, tristemente, al igual que sucede dentro del pacto social, siguen funcionando las interpretaciones que consideran que durante el desarrollo psicosexual se despliega/establece una desventaja irrefutable sobre los cuerpos que no tienen pene, entrando en diversas formas patológicas al no tener esa identidad de falo-poder que históricamente está ubicada en el macho-cuerpo (como cuerpo que parte de un expropiando-para-ser sobre los cuerpos que sostienen lo vivo). ¿Cómo te sitúas ante esta falo-interpretación de la psique?

Paloma- ¿Cómo me sitúo yo ante esta falo interpretación de la psique? Mi primera respuesta no podría ser más obvia, considerando que según mi punto de vista ni siquiera el pene es un elemento que corresponda a un género en específico y añadiendo la cuestión de que las propias nociones de género son un constructo social, basadas además en el régimen heteronormativo, cae por su propio peso el que me sitúo en un lugar de disidencia frente a estas interpretaciones de la psique, puesto que describen lugares que son una ficción, un yugo creado para doblegar a todas esas identidades que no nos correspondemos con el el macho cis blanco y heterosexual.

Ahora bien, dicho esto, que es el lugar donde yo me sitúo, desde el que yo opino; hay algunas cuestiones sobre las que me gustaría hablar y que tienen que ver con preguntarnos desde la terapia Gestalt y la psicoterapia feminista cómo podemos acompañar procesos de autoconocimiento desde lugares que no nos constriñan, como lo que he empezado describiendo, y poder ir poco a poco desfeminizando la locura. Vaya por delante que en un enfoque terapéutico feminista no se trata tanto de hacer algo como de no hacer. Sobre todo tratar de no reproducir la ideología dominante a través de lo que preguntamos o devolvemos a la persona.

En mi caso yo he elegido formarme como terapeuta gestalt (termino este curso en GPYF Gestalt Psicoterapia y Formación) y es la terapia que he elegido también como paciente precisamente porque es la corriente que me parece menos esencialista en este sentido, luego ya obviamente dependerá de cada terapeuta y su nivel de conciencia de las estructuras que nos atraviesan y que reproducimos.

Me gustaría añadir que además he elegido la escuela de formación en terapia gestalt que existe en Madrid con perspectiva de género y con una mirada interseccional, imagino que la formación en otros centros donde no se pone esta conciencia todo el rato pueda hacer que la experiencia sea muy distinta. Por ejemplo, cuando nombramos el mundo y elegimos deliberadamente hacer un uso no sexista del lenguaje ya estamos trabajando en una dirección distinta a la inercia heteronormativa.

Pero, ¿por qué es tan difícil deconstruirnos, sacarnos de encima la ideología dominante?. Pues porque hemos construido nuestro autoconcepto en medio de esta estructura, nos sale por cada poro de la piel, hemos construido nuestro autoconcepto en un mundo patriarcal, racista, homófobo. Esto es innegable, ¿por qué hay entonces tanta resistencia cuando alguien lo señala, nos lo señala? Este es para mí uno de los primeros pasos, trabajar sobre este autoconcepto, esta idea de sí mismas de la construcción del mundo y nuestro lugar en este.

Es fundamental empezar a visibilizar todas estas creencias que nos hemos tragado de cara a poder expandir el mundo de las personas más pequeñas que vienen detrás nuestro, sobre las que nos guste o no, con mayor o menor conciencia estamos volcando toda esta basura injusta discriminatoria a partir de la cual van a construir su propia psique.

Luisa- Sumando a lo que comentas, Paloma, creo importante poner el foco en los procesos donde se nos exige la macho-adaptación identitaria desde todo un aparato de exigencias turbo-productivistas, turbo-extractivistas. Donde además de la hetero-imposición hay toda una trama de expulsión de los cuerpos que no se ajustan a las exigencias de macho-productividad, que convive a la vez con las confusiones, ficciones y disonancias cognitivas sistémicas propias del blanco-maltrato de la modernidad en las que nos sumerge el macho-lío-patriarcal. Desde aquí se nos dice que no tienen valor -ni poder identitario- las fuerzas y capitales desplegados/generados desde cuerpos no-machoadaptados -que son los que mayoritariamente sostienen al patersistema- o que el patersistema se sostiene por los macho-cuerpos-ficcionados.

La cosa es que si te pones a analizar números, desde lógicas cuantitivistas, con los datos que tiene el INE (Estado Español) se revela tal macho-ficción-identitaria, como vemos con lo publicado aquí por la Encuesta Europea de Salud en España del año 2020 + la Encuesta Nacional de Salud del año 2017 para determinar el Estado de salud (estado de salud percibido, enfermedades crónicas, dependencia funcional) donde encontramos que el 49,3% de los cuerpos-hombres y el 59,1% de los cuerpo-mujeres de 15 y más años tienen alguna enfermedad o problema de salud crónico percibido, y estos porcentajes se incrementan a medida que aumenta la edad, siendo superiores en las mujeres para todos los grupos de edad.

Somos más los cuerpos no macho-adaptados, no ajustados a esas lógicas de hetero-productividad, los que conformamos las mayorías que integran el cuerpo social.

Señalo esto porque creo que hay una interfaz donde se separa a los cuerpos productivos -desde estas lógicas expropiadoras- de los cuerpos que no pueden acumular los capitales que demanda el patersistema (también la paterinstitucionalidad) para continuar vivo (o más bien en su ficción de estructura universal, cuasi divina, de las que no podemos escapar). Engullendo (patersistema) la diversa tipología de capitales que generan los cuerpos no-machoadaptados (aunque niega su dependencia respecto a ellos). Esto está enmarañado (como parte generadora) en la trama que posibilita la existencia de los pisco-residuos que nos han inoculado a partir de los procesos de socialización donde operaba sin impunidad ninguna el falo-constructo “envidia del pene”. Estableciendo un lugar de desventaja irrefutable para todos los cuerpos que están fuera de las lógicas productivistas de macho-adaptación (atravesadas a su vez por la hetero-norma). Dicho falo-constructo sigue campando en muchos psico-consenso que conforman las inercias psíquicas subterráneas del pacto social.

Sobre esto hablábamos con Natalia Iguiñiz, hace unos días, preparando este próximo Seminario 3, cómo ese lugar de desventaja irrefutable como cuerpos incompletos, donde nos ha colocado el falo-pater-Freud, es parte de estructura psíquica que permite que hoy día continue el extractivismo sobre los cuerpos que no estamos en los ejes de macho-adaptación o que sostenemos actividades para la continuidad de lo vivo. Sea cuerpo-viviente-tierra, cuerpos animales-humanos o cuerpos animales-no-humanos. Una desventaja simbólica a partir de la cual se proyectan unas falo-estructuras de interpretación de la psique, como estrategias de continuidad para las inercias psíquicas expropiadoras, en las que si no te das cuenta (como tú señalas como paso indispensable en el proceso terapéutico gestáltico) entras, y esto te colocan en un lugar donde tu cuerpo es un pozo-sin-fondo para los extractivismos vitales psico-energético, para satisfacer el expropiando-para-ser del patersistema.

Donde no hay límite a la hora de extraer todo de ti, porque siempre vas a estar en un lugar en desventaja (envidia del pene), y todos los cuerpos que no se ajustan a tales exigencias de turbo-productividad (desde la hetero-norma), y que además deciden cuidar de otros cuerpos o establecer otros ejes de interpretación de su asunto-vital-propio, se ven continuamente atacados-ninguneados y expulsados por las narrativas de hetero-exigencia del falo-pater-simbólico que atraviesa y organiza el psico-pacto social. Me refiero a ese colono interno del que habla Rivera Cusicanqui, que hay que sacar del cuerpo, y también de la estructura fundacional que nos sostiene como cuerpo social.

Luisa- Propones trabajar/desarrollar el auto-concepto como estrategia de desprendimiento ante procesos normativos identitarios que nos meten dentro de estructuras de macho-blanco-ideología-turbodominante (lo que me gusta llamar macho-adaptación), que como bien señalas, todo este aparato intenta doblegar a todas las identidades al marco macho-cis-blanco-heterosexual como territorio de ficción identitaria. A partir de indagar y deshacer las psico-consecuencias patriarcales en nuestro auto-concepto propones no reproducir la ideología dominante a través de lo que preguntamos o lo que devolvemos a la persona, procesos de autoconocimiento desde lugares que no nos constriñan y un enfoque terapéutico feminista que no trata tanto de hacer algo como de no hacer. ¿Podrías ampliar más el constructo del auto-concepto?

Paloma- Reflexionando sobre tu pregunta creo que sería más adecuado, más amplio y completo hablar de identidad. Me gusta esta definición de Almudena Hernando: «La identidad es la idea que cada une tiene sobre quién es y cómo es la gente que la rodea, cómo es la realidad en la que se inserta y cuál es el vínculo que le une a cada uno de los aspectos dinámicos o estáticos del mundo en el que vive.»

En este sentido lo que quiero decir es que la construcción de la identidad no es algo neutro, no es inocente, haya unos mensajes muy claros, unos mandatos destinados a, como dice Azucena González San Emeterio, los cuerpos especializados en ser hombres y los cuerpos especializados en ser mujeres.

Es a partir de todos estos mensajes cargados de contradicciones, privilegios, censuras, sentimientos de culpa, de vergüenza, etc que vamos construyendo nuestra propia identidad. Es muy, muy importante a mi parecer, ser capaz de empezar por observarnos primero a nosotres mismes, darnos cuenta de cosas que han constituido y formado nuestra identidad y que duelen, que vienen impuestas, que son introyectos que nos hemos tragado pero que no nos pertenecen en el sentido de que no nos hacen bien.

También darnos cuenta (el darse cuenta es un concepto básico gestáltico) de cómo hacemos en el mundo y cómo podemos hacer para modificar eso que nos desagrada, que nos limita y que es profundamente injusto y desigual. En este sentido considero que el acompañamiento terapéutico desde una mirada transfeminista e interseccional es un elemento fundamental que nos revela asuntos propios de los que ni siquiera tenemos conciencia alguna, que forman parte de nuestra sombra.

Luisa- Me gustaría añadir como dato curioso sobre la terapia gestáltica, que no es sino un síntoma de los procesos de decalaje simbólico que atraviesan al cuerpo-histórico-mujer en todo el acumulado socio-psíquico como lugar de desventaja en muchas direcciones, y en muchas capas, cómo funcionó/funciona la figura de Laura Perls (1905/1990) en la articulación de este método terapéutico humanista, frente al macho-turbo-egoico de su marido, Fritz Perls, el cual se situó como gurú en la costa oeste gringa, frente al proceso de cocción lenta no-narcisista de Laura, la cual fue la facilitadora de parte de las estructuras que posibilitaron este modelo terapéutico. Ambos (Laura + Fritz) escribieron una obra fundacional para este método, “Yo, Hambre y Agresión” (1942), que sólo firmó el macho-neurodominante falo-ego-expandido de Fritz.

Además mientras el señoro seguía sus derivas egoícas, Laura, sostenía, año tras año, el Instituto de Terapia Gestalt Nueva York, y cuidaba sola de los dos hijxs de ambos -con el gurú en formato “padre” ausente.

Al final de su vida, Laura, templo de sabiduría gestáltica, desmitificó muchas de las técnicas de Fritz Perls (como cuenta ella misma en Viviendo en los límites, publicado en 1994), y además señaló la necesidad de que la paciente cuente con “suficiente fondo apoyador” (sostén) para permitirse la experimentación interna, para con ello des-automatizar la situación inacabada y evitar que la ansiedad no termine en algún tipo de mecanismo neurótico.

¡Muchas gracias, Palo, hermosa! Nos vemos en La Trasera de Bellas Artes el próximo jueves 12 a las 3pm (hora España) de manera presencial + virtualmente en Canal YouTube BBAA.