«¿Quién se ocupa de la crianza?, ¿cuándo y con qué medios?. Además, como la labor de sostén y crianza de los nuevos ciudadanos, así como su alimentación, higiene, mantenimiento de sus medios de vida, etc (…) parece ahora que esta actividad es algo que “puede hacer cualquiera”, “de cualquier manera” cuando es en realidad una actividad de enorme complejidad y responsabilidad. Existe un déficit de valor. Como es una labor “no productiva” no es tenida en cuenta en los modelos económicos». María Langarita

Imagen cabecera: La Red Bull Academy (2011) por Langarita/Navarro. Créditos fotográficos: Luis Díaz Díaz

Converso sobre arquitectura, cuidados y crianza con la arquitecta, profesora de la ETSAUN y pensadora desbordante, María Langarita (Zaragoza, 1979), la cual fundó junto a su compañero vital el estudio Langarita/Navarro.

Langarita recibió el Mies Van der Rohe 2013 por el proyecto de «La Red Bull Music Academy» (RBMA), construida en 2011en Matadero Madrid, donde transformaron una nave en una academia de música, circulación y creación. Un lugar que habla de una arquitectura de cuidados, donde la escala es amable con nuestros cuerpos, la calidez de los materiales y el color nos facilitan el sentirnos acogidos, la vegetación es un elemento constructivo. Donde se facilita el encuentro, el intercambio y la cercanía: la posibilidad de estar con la-otredad-que-nos-pertenece, la posibilidad de cuidar a lo-otro.

Luisa- María, lo urbano como bien sabemos no está pensado para el trabajo de cuidado y sostén, ¿qué estrategias piensas tú que podríamos plantear para desarrollar entornos que nos faciliten la crianza y la formación de maneras de sostener no-normativas que no nos encierren en el formato de familia nuclear donde criar no sea sinónimo de encierro en el espacio doméstico o donde no tengamos que asumir dinámicas de «huida del cuidado», donde se niega el sostén, para vivir maternidades emancipadas?

María- En primer lugar “lo urbano” en lo que refiere a la arquitectura no “está pensado” como tal, no se trata de una unidad conceptual coherente como pensaríamos un proyecto. Es el resultado de una acumulación de acciones, omisiones y decisiones tomadas por muy diversos agentes en muy distintos momentos de la historia. Construimos ciudad sobre la ciudad que hemos heredado.

La realidad social y su diversidad intenta adaptarse a este soporte físico que es la ciudad. En este proceso, a veces se adapta sin problema, otras veces ha de deformar su natural comportamiento y a veces le resulta imposible y lo rechaza. Sobre el tema de la crianza en el medio urbano, en mi opinión, debemos hacer frente a este estado de mutación de la estructura económico social: la mujer se incorpora al mercado de trabajo remunerado y las labores de crianza que hacía gratuitamente se tienen que seguir haciendo. Este estado genera una enorme controversia: ¿quién se ocupa de la crianza?, ¿cuándo y con qué medios? Además, como la labor de sostén y crianza de los nuevos ciudadanos, así como su alimentación, higiene, mantenimiento de sus medios de vida, etc. había recaído tradicionalmente en la mujer y por ser considerada está históricamente como un ser de “menos capacidades”, parece ahora que esta actividad es algo que “puede hacer cualquiera”, “de cualquier manera” cuando es en realidad una actividad de enorme complejidad y responsabilidad. Existe un déficit de valor. Como es una labor “no productiva” no es tenida en cuenta en los modelos económicos y por lo tanto no se invierte lo suficiente en los medios necesarios para su realización.

La seguridad es quizás uno de los aspectos más evidentes. Fuera del espacio doméstico, más conocido, más y mejor diseñado, la amenazas de multiplican. Una de las tensiones más violentas en la convivencia de los distintos medios de transporte y los niños en la calle. La ciudad a resuelto cercar, acotar dentro de una valla el espacio de los niños en los parques urbanos, pero quizás fuese más interesante delimitar un carril-coche segregando aquello que es más peligroso del resto de actividades (paseo, juego, descanso, incluso bicicletas) que comparten una misma velocidad. Sobre este tema, los parques de juegos actuales son extremadamente normativizados permitiendo a los criadores “no tener que preocuparse” sobre cómo jugar, la labor de acompañamiento en la crianza se vuelve amateur, despreocupada, poco creativa, incluso aburrida y esto no me parece positivo para ninguna de las partes.

Otro aspecto el la economía del uso tiempo. Los desplazamientos normativizados (gente que se levanta por la mañana se ducha y se va a trabajar hasta la tarde) suelen ser fundamentalmente desplazamientos radiales en uno u otro sentido. Los movimientos necesarios para las labores de cuidado de dependientes suelen ser concéntricos, perpendicular a lo radial: del colegio, al parque, al centro de salud, a comprar merienda, arreglos, reparaciones, labores de reciclaje, visitas a amigos, familiares… Si observamos un plano de transporte de una ciudad vemos inmediatamente que no todas las trazas de desplazamiento están igualmente cubiertas sobre todo si observamos los medios de transporte alternativos. Al mismo tiempo el trabajador común se desplaza solo y con poco peso; el cuidador puede llegar a transportar gran cantidad de peso entre los propios dependientes y sus enseres y durante mucho tiempo. Veríamos muy raro que un celador de hospital tuviese que andar subiendo escalones con la camilla, que no tuviese un sitio para sentarse cuando necesite descansar o un aseo dentro de las propias instalaciones del hospital, en cambio hemos sido y somos tolerantes cuando este trabajador es un cuidador o criador cuyo espacio de trabajo es la ciudad.

(continúa)