From Nuevas luchas reproductivas

¿Acaso un cuerpo materno, que deviene de las tinieblas de haber sido formateado en el macho-lío-patriarcal, no sostiene una verdadera revolución al tener que confabular diariamente cómo mejorar/generar condiciones vivibles para su criatura escapando de las estructuras normativas/opresivas que enjaulan a los trabajos reproductivos? -problemáticas planteadas en “Dos garras que hacen un huevo” por Ariadna Guiteras (Dilalica, Barcelona, 2022) a partir de una conversación situada en el contexto de las Nuevas Luchas Reproductivas.

Os comparto la reflexión incluida en la bella publicación en papel sobre Dos garra que hacen un huevo (2022) de Ariadna Guiteras presentada en Dilalica (BCN) curada por Cati Bestard y Marta Sesé, en la que también aparecen, como parte de la trama de arranque, estas dos preguntas: ¿Podemos seguir, en el camino de la emancipación, escuchando nuestras fuerzas reproductivas? ¿Por qué las fuerzas reproductivas no son legítimas potencias políticas como fuerzas que perseveran en la búsqueda de los destinos más éticos desde la desarticulación identitaria?

Todo comenzó a partir de una conversación con Guiteras sobre cómo ha ido integrando toda la sacudida psico-física desplegada desde el comienzo de su proceso reproductivo, partiendo de ser un cuerpo que devenía de un día a día, donde ponía mucha energía-atencional en desmontar toda la matraca de las asignaciones de género, y siendo un cuerpo con una escucha descolonizada sobre sus propios deseos y fuerzas afectivo-sexuales.

¿Podemos aproximarnos a las psicotramas que posibilitan la devaluación de lo reproductivo, implícitas en el pacto social blanco-patercentrado, que a su vez, también, se reproducen dentro de las psicodinámicas desplegadas en la institución pública como cuerpo-social-viviente y artefacto que replica las prácticas sociales hegemónicas extractivistas? ¿Somos sabedoras de cómo se reproducen otros territorios de opresión por parte de la paterinstitucionalidad, como nos revelan las Nuevas Luchas Reproductivas, una vez que ya tenemos integrado que la institución está regida por el régimen heterosexual (gracias a las Luchas Identitarias)? -Con Erika Irusta, Irati Mogollón y Luisa Fuentes Guaza.

El próximo lunes 27 de junio a las 17h llevaremos a cabo el Debate 1 Psicotramas que lo posibilitan (inscripciones en educacion@museoreinasofia.es) como parte de las actividades públicas convocadas dentro de la investigación en curso Revelar lo inasumible: lo reproductivo como devaluación en el marco de la programación LGTBIQ+ 2022, dentro del formato NO EXPO/Área Educación MNCARS donde abordaremos el proceso vital opresivo vivido por un grupo de mediadoras como consecuencia de la reproducción de la cultura del castigo inherente a la paterinstitucionalidad, entre otras líneas de exploración.

¿Cómo se derrama la devaluación de lo reproductivo dentro del museo? ¿Existen imbricaciones entre éstas devaluaciones con la cultura punitivista o normalización de la cultura del castigo –la cual supone la continuidad del contexto en el que hemos sido socializadas todas aquellas y aquelles que estamos fuera de los macho-rasgos identitarios que articulan el constructo expropiando para ser?. Analizando el manejo de la pertenencia laboral-identitaria desde el macho-lío-patriarcal, la jerarquización de unas tramas psico-laborales frente a otras o el hecho de que la episteme válida para generar capital simbólico -según cuerpo-social-viviente patercentrado- venga de actividades no vinculadas a los cuerpos que necesitan ser cuidados, cuerpos que cuidan o haceres vinculados con la reproducción social.

“Circunscribir la maternidad a la familia nuclear fundada sobre una relación sexoafectiva (a priori, heterosexual) me parece muy limitante y problemático porque supone fusionar y reforzar amor romántico y maternidad patriarcal” -June Fernández.

Converso con June Fernandez, periodista feminista, la cual acaba de cerrar un periodo vital de diez años como coordinadora de la valiosa Píkara Magazine – Periodismo con perspectiva feminista plataforma donde se han ido conjurando debates, pensamiento y movilización sobre todo lo que nos atraviesa a todos aquellas/aquelles que devenimos de opresiones diversas. Habla desde la riqueza interna que supone abrazar el puerperio siendo un cuerpo con un largo proceso desarticulación feminista y profundamente politizado. Actualmente forma parte de distintas iniciativas y redes sobre maternidades feministas, tales como, Maternidades bollo, y su práctica periodística ahonda en temas como la reproducción asistida, los permisos de nacimiento en parejas lesbianas o la violencia obstétrica, entre otros. Aquí podéis ampliar info.

Hablamos de heteropatercentrismo en las crianza, esencialismos a los que estar atentas, abandono público de los puerperio intensificado en el cuerpo gestante/sostenedor, la dimensión de los trabajos maternos y de cómo hay que dar visibilidad a modos de hacer las crianzas desde la responsabilidad psicoafectiva con organizaciones logístico-familiares no-normativas.

¿Vamos a normalizar en silencio después de la movilización interna que tenemos en marcha dentro de las nuevas luchas reproductivas que la nueva era vital vírica es sinónimo de pérdida de derechos fundamentales para los cuerpos maternos y con mayor hondura para los cuerpos mujeres maternos? ¿Nos lo van a inocular sin que rechistemos? Responden las pensadoras: Sarah Babiker, Lucía Barbudo y Luisa Fuentes Guaza.

A continuación Sarah Babiker, Lucía Barbudo y la que escribe, compañeras de reflexión feminista y activismos teóricos sobre nuevas coordenadas de las luchas reproductivas, nos preguntamos sobre la pérdida de derechos, libertades y espacios sociales conquistados en los últimos años como apoyos al trabajo reproductivo -trabajo que el machosistema niega como lugar potencia económica- como consecuencia de esta gestión vírica totalizadora.

Donde los cuerpos que cuidan de menores a cargo han visto, hemos visto, intensificadas las cargas de trabajo sobre nuestros cuerpos y estamos asistiendo, perplejas, a la inexistencia de soluciones políticas que apoyen de manera efectiva a los trabajos maternos, como trabajos estructurales para la continuidad de este sistema desde la diversidad de las unidades familiares.