From Carolina León

«La lucha feminista está visibilizando la violencia sexual y el maltrato porque la violencia de los cuidados, que se carga sobre las mujeres, es también violencia sobre nuestros cuerpos. Nos deja exhaustas, agotadas, vacías y enfermas. La salida para mí es poner la energía en hacernos cargo de nuestras necesidades como adultas y dejar de lamentarnos» -María Llopis.

Converso con la performer, activista, pensadora, maestra y escritora, María Llopis, sobre su recién publicado libro La revolución de los cuidados (Txalaparta, 2021), como segunda etapa encuerpada de un proceso que comenzó con Maternidades subversivas (Txalaparta, 2015).

En este nuevo libro se piensa en diálogo con el hacer de muchas compañeras. Se “piensa con”. Abordando cómo enfocar la actividad humana de sostener a otros cuerpos -que necesitan nuestros cuidados para un desarrollo vivible en el planeta Tierra- desde estructuras psíquicas que posibiliten la no-reproducción de la violencia normalizada, el reconocimiento del auto-cuidado como lugar innegociable para cuidar en condiciones de bienestar o la potencia de superar lógicas de infantilización y victimismo.

«(…) Se mezclan aquí los argumentarios de larga tradición religiosa (que ya nos inculcaron perversamente eso de la sumisión, el sacrificio y la abnegación) con los machistas-leninistas, empeñados en sacar el tema del género (el femenino, claro) del discurso desigualitario de la lucha de clases. ¿Cómo, pensaban estos hombres –muchos padres de familia y muchos con la mujer en casa trabajando gratis- cómo pueden ir a parar los beneficios de la producción a las manos de los que en realidad no producen? Eso, eso mismo nos seguimos preguntando nosotras”. Lucía Barbudo

Converso con la brillante pensadora feminista, movilizadora del activismo en la Región de Murcia, escritora y traductora, Lucía Barbudo, que firma, también, como Lucy Sombra (Murcia, 1979) en el espacio de reflexión feminista Disidencias de género eldiario.es del que también es co-impulsora. Forma parte gestante de la Coordinadora Anti Represión Región de Murcia, del Bloque Feminista Murciano y colabora con CATS (Comité de apoyo a las Trabajadoras del Sexo).

Barbudo ahonda en los feminismos que se traman desde el Sur del Norte, desde otros territorios identitarios fuera de las lógicas de lo hegemónico. Nos revela como todos los trabajos hechos por mujeres o por cuerpos bajo el constructo cuerpo-comunidad-femenino son siempre trabajos devaluados e invisibles ya que se manejan desde la sutilidad de esas violencias simbólicas difíciles de visualizar, interpelándonos como generación a expulsar cualquier opresión que atraviese nuestros cuerpos que maternan.

“La maternidad es un territorio de disputa que, en determinados discursos, es muy fácil que se deslice hacia el «ensalzamiento de una esencia». Mientras que el patriarcado lo naturaliza en los cuerpos y lo invisibiliza como factor de riqueza social para seguir usufructando de ello, cierto feminismo, quizá el más hegemónico, lo invisibiliza de otro modo. Digamos de forma un tanto simple, es la batalla entre el feminismo de la igualdad y el feminismo de la diferencia, aunque a mí el debate me parece bastante más complejo que todo eso”. Carolina León

Converso con Carolina León, librera en Traficantes de sueños y escritora. Autora de la Trincheras permanentes. Intersecciones entre política y cuidados (2017), una reveladora reflexión sobre la incorporación de territorios denostados por las lógicas machocéntricas, tales como, la reproducción, la vida, los cuidados, los afectos junto a las condiciones y necesidades para el sostenimiento general de los cuerpos en constructos sacralizados como la política, la militancia, el activismo, la organización y la revolución.

León ahonda en cómo los cuerpos son utilizados a través de políticas que “parchean” para cumplir las demandas de lo productivo y sólo existen, como tales, bajo esas lógicas. Señala cómo las condiciones necesarias para el sostén son consideradas como subalternas, fuera de lo que tiene poder, cuando paradójicamente el valor viene de la vida, de los cuerpos, del cuidado, de los haceres, etc. Forzándonos a tener que asimilarnos en estructuras y sentires falocéntricos/masculinizados. “Hay un «universal» que no quiere saber nada de cuidados, de cuerpos, de fragilidad, de vulnerabilidad, de interdependencia. En estas, de verdad, sólo tenemos como compañeras a las feministas del sur global (que no pueden negarse), a las teóricas queer (Butler) y a las ecofeministas” comenta la autora.