From Faloproridades desde la cópula

“En relación al deseo creo que tenemos mucho lío. Por un lado, porque vivimos el deseo como elemento carencial y que en caso de no ser satisfecho genera frustración y sufrimiento. Cuando quizás podríamos vivirlo como elemento potencial, como motor de búsqueda, poniendo en valor el movimiento que genera el hecho de desear, relativizando y gestionando en otra clave la consecución o no de lo deseado”. Aingeru Mayor

Converso con Aingeru Mayor, sexólogo, facilitador de los Talleres de Ternura, muy interesado en reflexionar sobre el acompañamiento de la sexualidad infantil y sobre la erótica de quienes crían, autor del libro «Niñas y niños» (Ed. Litera) y fundador y miembro de la Asociación de familias de menores transexuales Naizen (antes Chrysallis Euskal Herria). Su práctica indaga en los anclajes y posibles estrategias para llegar a vivenciar el cuerpo desde el goce, la potencia y el deseo no-colonizado y con ello desmontar toda la carga que implican dichos trabajos correspondientes a la reproducción social, invitándonos a unas aperturas corporales muy deseables para todos los cuerpos.

Mayor nos habla de cómo para el orden social es más fácil aplicar sus dinámicas sobre aquellos cuerpos de insaciabilidad neoliberal (la mayoría) que identifican el adiestramiento de los placeres y goces desde las prioridades de la cópula, desde la imposición del falocentrismo corporal y desde la mercantilización de los cuerpos. Aboga por cuerpos placenteros, cuerpos no mutilados para el goce, cuerpos no-censurados, cuerpos no-esclavizados por lógicas productivas, cuerpos no-expropiados, cuerpos que vivencian el propio cuerpo -las propias carnes y pieles, como propias-, cuerpos que dan prioridad en la centralidad del cuidado -hacia sí mismo, hacia las otras/otres y hacia el entorno-, cuerpos que no se viven como enemigos. Cuerpos que no viven su deseo como un elemento carencial.