From marzo, 2022

“El pasado noviembre en Sevilla, 32 colectivos liderados por mujeres racializadas y migradas, armamos una agenda común. Hemos logrado que se incluyan dos de nuestras demandas principales (1) la abolición del trabajo del hogar interno y (2) la diferenciación del trabajo de cuidados a personas mayores en situación de dependencia, que éste salga de la ley del empleo del hogar y que se cree una ley específica. Nosotras no queremos victimizarnos. Estamos aquí para desarrollar un trabajo en condiciones dignas, exigimos derechos justos. El resultado de nuestras luchas, puede que no nos llegue a nosotras, pero sí a nuestras hijas, a nuestras nietas” -Mary Juncay Morocho (EMAKUME MIGRATU FEMINISTAK SOCIOSANITARIAS).

Converso con la activista feminista y trabajadora de cuidados sociosanitaria en el hogar o centro de trabajo para el sostén de personas dependientes, Mary Juncay Morocho, la cual residen desde hace 21 años en Bilbao, de los cuales 14 ha trabajado como cuidadora en el hogar de personas en la tercera edad dependientes en el formato laboral neo-blanco-esclavista como interna o trabajadora fuera de lógicas del Estatuto de los trabajadores. Fundadora de SINA (Servicios integrales de nueva asistencia). Premiada por el ayuntamiento de Bilbao en la categoría de Mujer Migrada Emprendedora.

Juncay Morocho, tras el 14 de marzo 2020 -comienzo del arresto domiciliario masivo que generó la gestión macho-belicista de la pandemia- funda junto con 5 compañeras más el colectivo EMAKUME MIGRATU FEMINISTAK SOCIOSANITARIAS, iniciativa necesaria y urgente como parte de una estrategia para sacar del cajón desastre a los cuidados, la cual reivindica la abolición del empleo de hogar interno, el reconocimiento legal y separación de los trabajos de cuidados a la dependencia respecto a los diversos trabajos de cuidados que se acumulan en el hogar o centro de cuidados, ya que parten de naturalezas distintas. En palabras de Juncay: “No es lo mismo limpiar que cuidar, por lo tanto no debe cotizarse al mismo precio”.

¿Podemos integrar las fuerzas reproductivas como fuerzas vitales emancipadoras no-esencialistas o fuerzas activas que perseveran en la vida buscando su destino más ético? -Marina Bettaglio (University of Victoria, Canadá), Olga Albarrán Caselles (The University of British Columbia, Canadá), Sophie Halart (Instituto de Estética de la Pontificia Universidad Católica, Chile), Helena Chávez (Instituto Investigaciones Estéticas UNAM México), Alejandra Labastida (MUAC/UNAM México) y Luisa Fuentes Guaza (Futuridades Maternales, España).

¿Podemos integrar las fuerzas reproductivas como fuerzas vitales emancipadoras no-esencialistas o fuerzas activas que perseveran en la vida buscando su destino más ético fuera del apropiacionismo histórico de las lógicas patercentristas conservadoras y fuera de la negación del blanco-feminismo-hegemónico-igualitarista, donde todo lo propio a la reproducción social se racionaliza/vertebra como problema a extirpar, en lugar de como actividad humana posibilitadora de la continuidad de lo vivo? Donde la politización de los bioprocesos que desencadenan las fuerzas reproductivas es ninguneada, sistemáticamente, por esencializar los cuerpos, por reforzar lógicas biologicistas. Negando la potencia de vida de los cuerpos menstruantes como puertas de entrada en este planeta junto a la compleja trama psicofísica que los atraviesa. Fuerzas reproductivas como fuerzas que forman parte de las fuerzas activas que empujan desde las profundidades inconscientes desde cuerpos atravesados por tales fuerzas como fuerzas activas emancipatorias legítimas, como fuerzas que perseveran, también, en la sublimación de lo ético, como fuerzas de potencia de vida, como fuerzas que reproducen la continuidad de lo vivo.

Además esta pregunta será el arranque del Seminario 2 Fuerzas reproductivas como fuerzas emancipadoras que realizaremos el próximo 22 marzo dentro del proyecto Trabajos maternos: desmontando el macho-lío-patriarcal curado por la triada -Violeta Janeiro, Natalia Iguiñiz y Luisa Fuentes Guaza- y su vez alojado por el Centro Cultural de España en Santiago de Chile, Centro Cultural de España en Lima y Centro Cultural de España en La Paz.