From abril, 2020

“Malestar y confinamiento. Cuidar encerradas”. ¿Cómo no nos va a producir malestar la pérdida de libertades civiles y el no reconocimiento económico y político del trabajo ingente que supone cuidar de menores a cargo en un espacio doméstico confinado? ¿Cómo no vamos a sentir malestar al asistir a la activación de resortes machobélicos que están siendo usados para el manejo de toda esta crisis sanitaria?

Aquí el texto publicado en Salto Diario sobre el malestar por la disciplina militarizada que coloca a la familia nuclear como identidad única de organización social borrando todas las particularidades de cada unidad familiar, parando en seco el movimiento de emancipación en el que estábamos —y en el que seguiremos— las que habíamos decidido formar una unidad familiar a pesar de este páramo social individualista y con ello salir de las estrechezes logísticas y emocionales de este formato familiar extinto (el nuclear) poco compatible con las necesidades de una crianza en condiciones de bienestar (…)

Además el macho-escenario-deseable o lo que se espera de nosotras como cuerpos “mujeres” madres durante esta excepcionalidad social es la autocensura. Ser las valedoras de la corrección y contención socioemocional en los grupos de whatsupp, en los tinglaos laborales y en cualquier entorno social con o sin proximidad emocional. Nada de indagar en la trazabilidad de las causas que han generado este desastre. Corrección, contención, aceptación de los macholímites y autodisciplinamiento.

Nuestro derecho fundamental a la movilización pacífica del malestar generado por cuidar durante el encierro (confinamiento) y por el corpomanejo político de esta crisis sanitaria con las pensadoras feministas Helena Chávez Mac Gregor (Ciudad de México), Lucía Barbudo (Murcia), Maite Garbayo (País Vasco/Barcelona), Marta Busquets (Barcelona) y Carol Arcos Herrera (San Diego).

A continuación abrimos la reflexión sobre la movilización del malestar con compañeras de luchas teórico-materno-vitales planteando que dada la gravedad de esta crisis sanitaria y los resortes que se han activado por pura acumulación histórica (una acumulación machobélica cristalizada ahora en el falocapitalismo) percibimos que como cuerpos “mujeres” madres o cuerpos gestaste/sostenedor o cuerpos sostenedores de criaturas se nos exige la negación del malestar interno generado por todo lo que acontece (desde el contexto español marcado por el barrido de los derechos de la infancia, el no reconocimiento político/económico del valor brutal del trabajo de cuidados en el espacio doméstico, etc).

Sentimos que en el macho-escenario-deseable se espera nuestra corrección moral y emocional, autocensura, autodisciplinamiento, macholímites.

Ser los amortiguadores del perverso turbocapitalismo con nuestros cuerpos precarizados.

«El cuidado de la infancia en los hogares: un trabajo esencial e invisible durante el confinamiento». ¿Será este el momento para incorporar en las políticas públicas españolas la merecida prestación universal por menor a cargo implementada en casi la totalidad de Europa para reconocer la dimensión monetaria de los trabajos de cuidados invisibles en la cuantificación capitalista?

Aquí el texto publicado en Salto Diario donde abordo la aplicación durante esta crisis sanitaria de políticas de emergencia macho-circundantes pero no para cuerpos que cuidan y cuerpos que necesitan ser cuidados.

Renta mínima de emergencia, sí, pero los trabajos de cuidados de la infancia en el espacio doméstico de manera no externalizada, gratis.

¿Habrán sido negados los derechos fundamentales de la infancia por la devaluación por parte de las políticas públicas españolas de los trabajos de cuidados o trabajos maternos los cuales son asumidos por cuerpos «mujeres» en un 95% en el Estado Español?

¿Infancia arrasada durante esta crisis sanitaria por las políticas falopaterestado que niegan/devalúan los trabajos maternos o trabajos de cuidados por el macho-lío-patriarcal que arrastramos de no poder cuantificar de manera económica los trabajos maternos cosa también apoyada por el feminismo de la igualdad?

«Maternidades y Confinamiento», podcast impulsado por Marta Busquets, donde varias pensadoras abordamos cómo los equipos sanitarios están parando con sus cuerpos esta crisis sanitaria debido al proceso de empobrecimiento sufrido por la Sanidad Pública, la activación de resortes de militarización social en la ciudadanía, el barrido/negación de los derechos fundamentales de las niñas/niñes, el peso sobre las familias monoparentales o la peligrosidad de la circulación en redes de discursos moralistas new age blanco-burgueses que romantizan el confinamiento.

Todo lo reflexionado en Maternidades y Confinamiento parte del profundo reconocimiento al trabajo ingente y descomunal realizado cada día durante esta crisis epidemiológica por toda la comunidad sanitaria: limpiadoras, celadoras, cocineras, enfermeras, doctoras, conductoras de ambulancias, técnicas de laboratorio, científicas e investigadoras -las cuales conformar el 85% de la comunidad sanitaria. A todas las mujeres o cuerpo-comunidad femenino en primera línea de contención de la pandemia en los cuerpos de Seguridad del Estado.

A las mujeres transportistas quienes facilitan el abastecimiento de supermercados junto con las mujeres reponedoras y cajeras. A las carteras que siguen teniendo en pie al servicio público de Correos y a las conductoras de transportes públicos. A todas las mujeres cuidadoras que están sosteniendo la salud y bienestar de la población anciana -dado que el cuidado de todos los cuerpos dependientes y necesitados del cuidado para continuidad de lo vivo lo realizan 95% mujeres por todo el Estado Español-.