From Sarah Babiker

¿Cómo estamos asumiendo los trabajos maternos durante esta alteración vírica donde vivimos (encuerpadamente) cómo se van endureciendo las condiciones psicosociales y logísticas (que ya eran insuficientes) en las que asumimos las crianzas? Responden Natalia Iguiñiz (Lima), Sarah Babiker (Madrid) y Luisa Fuentes Guaza (Murcia/Madrid).

¿Cuales son las condiciones en las que estamos cuidando y criando en esta nueva era vital vírica? ¿Alguien del poder sabe el endurecimiento al que nos estamos viendo sometidos los cuerpos maternos durante este desierto social vírico incompatible con las necesidades básicas de los trabajos maternos?

¿Cómo vamos a asumir de manera continuada los trabajos maternos desde estas nuevas coordenadas víricas si ya partíamos de un escenario de devaluación constante y negación donde las soluciones partían (y siguen partiendo) de un brujeleo/malabarismo autogestionado (desde la profunda inventiva política) que posibilitaba toda una estructura o equilibrismo psicologísticosocial para sostener nuestras crianzas ante la inexistencia de un sistema de distribución de cuidados público, ante la inexistencia de prestaciones, ante la inexistencia de un sistema laboral no-machoadaptado que incluya las necesidades de las crianzas y de los cuerpos que las asumen?

¿Sin este andamiaje psicosocial autogestionado donde nos va situar este nuevo escenario vital vírico a los cuerpos que asumimos los trabajos maternos? ¿Estamos ante una nueva esclavitud contemporánea?

¿Vamos a normalizar en silencio después de la movilización interna que tenemos en marcha dentro de las nuevas luchas reproductivas que la nueva era vital vírica es sinónimo de pérdida de derechos fundamentales para los cuerpos maternos y con mayor hondura para los cuerpos mujeres maternos? ¿Nos lo van a inocular sin que rechistemos? Responden las pensadoras: Sarah Babiker, Lucía Barbudo y Luisa Fuentes Guaza.

A continuación Sarah Babiker, Lucía Barbudo y la que escribe, compañeras de reflexión feminista y activismos teóricos sobre nuevas coordenadas de las luchas reproductivas, nos preguntamos sobre la pérdida de derechos, libertades y espacios sociales conquistados en los últimos años como apoyos al trabajo reproductivo -trabajo que el machosistema niega como lugar potencia económica- como consecuencia de esta gestión vírica totalizadora.

Donde los cuerpos que cuidan de menores a cargo han visto, hemos visto, intensificadas las cargas de trabajo sobre nuestros cuerpos y estamos asistiendo, perplejas, a la inexistencia de soluciones políticas que apoyen de manera efectiva a los trabajos maternos, como trabajos estructurales para la continuidad de este sistema desde la diversidad de las unidades familiares.

“La cosa no consiste en renegar de la naturaleza para considerarse válidas en el ámbito racional, sino de impugnar la misma frontera impostada que en Occidente se ha querido erigir entre un ámbito y el otro, del mismo modo que nos cargamos las paredes que sacan la producción afuera y recluyen la reproducción en lo privado. Y en ese tirar abajo los límites, yo aspiraría a remezclar lo femenino y lo masculino hasta que dejen de existir como ámbitos de especialización”. Sarah Babiker

Converso con la juntaletras feminista y periodista de Elsaltodiario, Sara Babiker, sobre cómo manejar a nivel político el cuerpo que se ve atravesado por los procesos encarnados (aquí bioprocesos) propios a las actividades de gestación y sostén. Sobre la normativización exógena a la que se ve sometido lo reproductivo, en todas sus fases. Sobre el disciplinamiento del cuerpo y las actuales tensiones en la teoría crítica feminista con las maternidades.

¿En qué ayuda al feminismo o a cualquier proyecto de igualdad y emancipación negar esa dimensión de la existencia?, ¿de qué manera puede contribuir a construir sociedades mejores aseptizar procesos impregnados de sensibilidad, de cuerpo, de emocionalidad? -nos lanza Babiker.