From centralidad sostenimiento de la vida

«La esclavitud doméstica es una violencia implícita, que pasa por muy debajo de la alfombra, está enormemente normalizada y eso tiene que cambiar (…) Si las demandas sociales no las evaluamos desde una perspectiva de género, entonces Chile aún no ha despertado» -Javirüs.

Converso con la artista visual y fotógrafa chilena, Javirüs (Santiago, Chile, 2000), enfocada en las problemática que se cruzan entre cultura popular, feminismos, memorias y derechos humanos. Su obra forma parte del Fanzine Laboratorio Artivismo Feminista – Deconstrucción del espacio público/privado (2020) realizado por la Escuela de Arte Feminista (Gabriela Rivero Lucero, Jessica Valladares, Señoritaugarte), a su vez difundido por el Museo de las Mujeres de Costa Rica.

Ahondamos en cómo las nuevas coordenadas pandémicas están intensificado sobre nuestros cuerpos, como cuerpos que cuidan y que devienen de un histórico de opresiones, las cargas logístico-domésticas y reforzando la estructura heteropatercolono, unido al proceso que atraviesan los feminismo chilenos como parte de la pulsión de transformación constituyente que comienza este 2021 en Chile.

“Si encuentro que hay algo de esperanza en este mundo, es desde justamente las labores de cuidado –es decir, que no sólo puedo entender la maternidad en relación a la explotación y el patriarcado, y claro que el modelo Capitalista está sostenido por la invisibilización de esa labor como bien lo ha dicho Silvia Federici” -Gabriela Jauregui. “Cuando se nos pase el enfado y los falo-cuerpos entiendan y asuman su pérdida de poder/privilegio, podremos ir articulando un supuesto horizonte de equilibro entre cuerpos que asumen actividades humanas, no entre entre “padres” y “madres”, no entre “hombres” y “mujeres”, sino entre cuerpos que asumen su propia/genuina identidad de género, su propia/genuina práctica afectivo-sexual y desde ahí los Trabajos Maternos” -Luisa Fuentes Guaza.

Segunda parte de la conversación con la pensadora, escritora, poetisa y editora, Gabriela Jáuregui (Ciudad de México, 1979) la cual se incluye en el libro MM. Maternidades -edición y prólogo de Andrea Fuentes, textos de Gabriela Jáuregui, Clarisa Moura, Andrea Fuentes, Pilar Villela, Violeta Celis, Sara Schulz, Jazmina Barrera y Abril Castro (Caja de Cerillos Ediciones, México)-.

Su publicación, aquí, forma parte de las estrategias impulsadas por el Pulsador de Movilizaciones Internas sobre Trabajos Maternos (arrancado desde Futuridades Maternales y en desarrollo dentro del programa de Actividades Públicas del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de marzo a julio 2020) para ahondar/abrir y poner en circulación textos publicados sobre la dimensión política/filosófica/sociológica de la reproducción social y con ello ampliar las posibilidades críticas de tales actividades humanas (gestación/sostén y sostén).

«(…) Se mezclan aquí los argumentarios de larga tradición religiosa (que ya nos inculcaron perversamente eso de la sumisión, el sacrificio y la abnegación) con los machistas-leninistas, empeñados en sacar el tema del género (el femenino, claro) del discurso desigualitario de la lucha de clases. ¿Cómo, pensaban estos hombres –muchos padres de familia y muchos con la mujer en casa trabajando gratis- cómo pueden ir a parar los beneficios de la producción a las manos de los que en realidad no producen? Eso, eso mismo nos seguimos preguntando nosotras”. Lucía Barbudo

Converso con la brillante pensadora feminista, movilizadora del activismo en la Región de Murcia, escritora y traductora, Lucía Barbudo, que firma, también, como Lucy Sombra (Murcia, 1979) en el espacio de reflexión feminista Disidencias de género eldiario.es del que también es co-impulsora. Forma parte gestante de la Coordinadora Anti Represión Región de Murcia, del Bloque Feminista Murciano y colabora con CATS (Comité de apoyo a las Trabajadoras del Sexo).

Barbudo ahonda en los feminismos que se traman desde el Sur del Norte, desde otros territorios identitarios fuera de las lógicas de lo hegemónico. Nos revela como todos los trabajos hechos por mujeres o por cuerpos bajo el constructo cuerpo-comunidad-femenino son siempre trabajos devaluados e invisibles ya que se manejan desde la sutilidad de esas violencias simbólicas difíciles de visualizar, interpelándonos como generación a expulsar cualquier opresión que atraviese nuestros cuerpos que maternan.

“Creo cada vez más en un doble movimiento: tener una sociedad más maternante, más tribu y más cuidadora, por un lado; que a su vez nos permita más identidad individual des-generizada, más conectada con el corazón y menos con los mandatos, por el otro lado. Esto lo podemos lograr con mujeres que, en principio, se niegan a renunciar a nada. Pero también necesitamos una alianza clave: aquella con hombres que abrazan masculinidades plurales, más libres, transgresoras, audaces, en particular, en su conexión con los cuidados, con lo suave, con la intimidad, la piel, los deseos de las demás personas”. Juliana Martínez Franzoni

Converso con Juliana Martínez Franzoni, catedrática de la Universidad de Costa Rica, investigadora sobre regímenes de bienestar y de política social, sus procesos de formación/implicaciones para la desigualdad socioeconómica y de género, incluyendo la reorganización de los cuidados en América Latina. Activista y alumna de sus hijas. Co-autora junto con Diego Sánchez-Ancochea (University of Oxford) The Quest for Universal Social Policy: Actors, Ideas and Architectures (Cambridgde University Press, 2016).

Martínez Franzoni ahonda en la necesidad de cuerpos que no renuncian a nada y que abrazan la posibilidad de sostén/realización profesional/emancipación desde la cercanía de las pieles. Señala la falacia de querer eliminar el cuidado de nuestras vidas siendo profundamente interdependientes, planteando el reconocimiento del trabajo de sostenimiento de la vida como pieza fundamental en la actividad público/política, la necesidad de reorganizar el régimen de los cuidados y la urgencia para desmontar la brecha salarial junto a la lógica de tener que cuidar al hombre-adulto como cuerpo-demandante per se por encima de la bionecesidades del cuidado a las criaturas o ancianos o cuerpos dependientes (práctica totalmente normalizada en el falosistema que nos envuelve).