From maternidad/género

«El cuidado de la infancia en los hogares: un trabajo esencial e invisible durante el confinamiento». ¿Será este el momento para incorporar en las políticas públicas españolas la merecida prestación universal por menor a cargo implementada en casi la totalidad de Europa para reconocer la dimensión monetaria de los trabajos de cuidados invisibles en la cuantificación capitalista?

Aquí el texto publicado en Salto Diario donde abordo la aplicación durante esta crisis sanitaria de políticas de emergencia macho-circundantes pero no para cuerpos que cuidan y cuerpos que necesitan ser cuidados.

Renta mínima de emergencia, sí, pero los trabajos de cuidados de la infancia en el espacio doméstico de manera no externalizada, gratis.

¿Habrán sido negados los derechos fundamentales de la infancia por la devaluación por parte de las políticas públicas españolas de los trabajos de cuidados o trabajos maternos los cuales son asumidos por cuerpos «mujeres» en un 95% en el Estado Español?

¿Infancia arrasada durante esta crisis sanitaria por las políticas falopaterestado que niegan/devalúan los trabajos maternos o trabajos de cuidados por el macho-lío-patriarcal que arrastramos de no poder cuantificar de manera económica los trabajos maternos cosa también apoyada por el feminismo de la igualdad?

«(…) Se mezclan aquí los argumentarios de larga tradición religiosa (que ya nos inculcaron perversamente eso de la sumisión, el sacrificio y la abnegación) con los machistas-leninistas, empeñados en sacar el tema del género (el femenino, claro) del discurso desigualitario de la lucha de clases. ¿Cómo, pensaban estos hombres –muchos padres de familia y muchos con la mujer en casa trabajando gratis- cómo pueden ir a parar los beneficios de la producción a las manos de los que en realidad no producen? Eso, eso mismo nos seguimos preguntando nosotras”. Lucía Barbudo

Converso con la brillante pensadora feminista, movilizadora del activismo en la Región de Murcia, escritora y traductora, Lucía Barbudo, que firma, también, como Lucy Sombra (Murcia, 1979) en el espacio de reflexión feminista Disidencias de género eldiario.es del que también es co-impulsora. Forma parte gestante de la Coordinadora Anti Represión Región de Murcia, del Bloque Feminista Murciano y colabora con CATS (Comité de apoyo a las Trabajadoras del Sexo).

Barbudo ahonda en los feminismos que se traman desde el Sur del Norte, desde otros territorios identitarios fuera de las lógicas de lo hegemónico. Nos revela como todos los trabajos hechos por mujeres o por cuerpos bajo el constructo cuerpo-comunidad-femenino son siempre trabajos devaluados e invisibles ya que se manejan desde la sutilidad de esas violencias simbólicas difíciles de visualizar, interpelándonos como generación a expulsar cualquier opresión que atraviese nuestros cuerpos que maternan.

“Creo cada vez más en un doble movimiento: tener una sociedad más maternante, más tribu y más cuidadora, por un lado; que a su vez nos permita más identidad individual des-generizada, más conectada con el corazón y menos con los mandatos, por el otro lado. Esto lo podemos lograr con mujeres que, en principio, se niegan a renunciar a nada. Pero también necesitamos una alianza clave: aquella con hombres que abrazan masculinidades plurales, más libres, transgresoras, audaces, en particular, en su conexión con los cuidados, con lo suave, con la intimidad, la piel, los deseos de las demás personas”. Juliana Martínez Franzoni

Converso con Juliana Martínez Franzoni, catedrática de la Universidad de Costa Rica, investigadora sobre regímenes de bienestar y de política social, sus procesos de formación/implicaciones para la desigualdad socioeconómica y de género, incluyendo la reorganización de los cuidados en América Latina. Activista y alumna de sus hijas. Co-autora junto con Diego Sánchez-Ancochea (University of Oxford) The Quest for Universal Social Policy: Actors, Ideas and Architectures (Cambridgde University Press, 2016).

Martínez Franzoni ahonda en la necesidad de cuerpos que no renuncian a nada y que abrazan la posibilidad de sostén/realización profesional/emancipación desde la cercanía de las pieles. Señala la falacia de querer eliminar el cuidado de nuestras vidas siendo profundamente interdependientes, planteando el reconocimiento del trabajo de sostenimiento de la vida como pieza fundamental en la actividad público/política, la necesidad de reorganizar el régimen de los cuidados y la urgencia para desmontar la brecha salarial junto a la lógica de tener que cuidar al hombre-adulto como cuerpo-demandante per se por encima de la bionecesidades del cuidado a las criaturas o ancianos o cuerpos dependientes (práctica totalmente normalizada en el falosistema que nos envuelve).