From Biopolítica de lo Materno

“Vamos entendiendo la maraña de consecuencias e impactos, en los procesos futuros de autorregulación, que genera lo que comes, cómo lo comes, donde lo comes, con quien lo comes, y cómo toda esta trama determina, parte, de tu manera de estar en el mundo. El macho-lío-patriarcal te dice que te alimenta a partir de la instalación del software patercentrado, donde se nos obliga a mirar donde no queremos. Hipertensión-productivista. Tiempos-estrechos bajo el expolio de nuestras fuerzas y violencia atencional. Saqueo a nuestra despensa psico-energética desde canis. Domesticación largoplacista. Te digo lo que no es para que comiences a normalizar el lío, la confusión, las tinieblas. Seguir ancladas en la pérdida, y con ello desproveernos de la potencia política que emana en la actividades humanas que sostenemos para la continuidad de lo vivo, de nuestros cuerpos vivos” -con ampliaciones de Alba Schiaffino desde Nafarroa.

¿Será que el estrangulamiento que nos está generando en las crianzas la subida de la comida -que ahora va por el 16%– revelará el valor psico-estructural de la actividad humana de alimentar ante el corpo-destrastre que nos atraviesa? ¿Será que no querer reconocer la hondura-dimensión, en nuestros procesos de salud futura, de lo que determina la manera de alimentarnos es una de las puertas de naturalización de las tragaderas que instalamos para ir zampando las opresión macho-normativas-patercentradas?

Os comparto una respuesta-aproximación-especulativa, para que sigamos dándole juntas, al proceso de poder desentrañar la macho-madeja de confusión, con ampliación de mi colega, amiga y comadre, Alba Schiaffino, brillante pensadora feminista donde las haya. Activista por la totalidad de sus venas desde su potente y hermoso cuerpo materno que sostiene una unidad de crianza monomarental libre de macho-exigencias. Deseante de horizontes llenos de posibilidades emancipadas, pero reales. Fuera de las negaciones de la corresponsabilidad-turbo-productivista. Y muy preocupada por cómo se están manejando las quitas de custodias, tutelas y dinámicas macho-institucionales en estos tiempos -los cuales recuerdan a las monjas adoctrinadas por psiquiatras franquistas que pertrecharon una de las mayores heridas sociales de la paco-dictadura, y durante la blanca-democracia-púerpera (medicalizada por los oligarquías postfranquistas).

¿Acaso un cuerpo materno, que deviene de las tinieblas de haber sido formateado en el macho-lío-patriarcal, no sostiene una verdadera revolución al tener que confabular diariamente cómo mejorar/generar condiciones vivibles para su criatura escapando de las estructuras normativas/opresivas que enjaulan a los trabajos reproductivos? -problemáticas planteadas en “Dos garras que hacen un huevo” por Ariadna Guiteras (Dilalica, Barcelona, 2022) a partir de una conversación situada en el contexto de las Nuevas Luchas Reproductivas.

Os comparto la reflexión incluida en la bella publicación en papel sobre Dos garra que hacen un huevo (2022) de Ariadna Guiteras presentada en Dilalica (BCN) curada por Cati Bestard y Marta Sesé, en la que también aparecen, como parte de la trama de arranque, estas dos preguntas: ¿Podemos seguir, en el camino de la emancipación, escuchando nuestras fuerzas reproductivas? ¿Por qué las fuerzas reproductivas no son legítimas potencias políticas como fuerzas que perseveran en la búsqueda de los destinos más éticos desde la desarticulación identitaria?

Todo comenzó a partir de una conversación con Guiteras sobre cómo ha ido integrando toda la sacudida psico-física desplegada desde el comienzo de su proceso reproductivo, partiendo de ser un cuerpo que devenía de un día a día, donde ponía mucha energía-atencional en desmontar toda la matraca de las asignaciones de género, y siendo un cuerpo con una escucha descolonizada sobre sus propios deseos y fuerzas afectivo-sexuales.

“Hablar de cuidados me parece que implica un conocimiento situado, si bien podemos compartir cosas con mujeres que viven en otros territorios, y aprender mucho de ellas, juntarnos nosotras acá quienes tenemos la experiencia en esta geografía, con estas calles y plazas, con estas formas de producción del espacio y lo político que implica, fue una manera de sembrar en estos lugares también una conexión más profunda con nosotras mismas y nuestras ancestras, y las vidas por venir” -Paulina Varas (Valparaíso, Chile).

Converso con Paulina Varas (Valparaíso, Chile) investigadora feminista en prácticas artísticas, académica en la Universidad Andrés Bello y receptora de un fondo I+D de la ANID/Fondecyt nº11201004 sobre “Arte, política y mujeres en Chile”. En esta conversación, comenzada en octubre del pasado año y atravesada por las psico-consecuencias que arrastramos a raíz de la sobre-explotación de nuestros cuerpos maternos en las coordenadas post-víricas, Varas, aborda el sostenimiento mutuo, la suavidad como estrategia, la importancia del cuidado situado en conexión con las ancestral y vidas por venir, los cuidados vitalistas y la nanopolítica como resistencia antipatriarcal.

Varas, a su vez, es impulsora de Crac Valparaiso -plataforma feminista aliada del ciclo de debates online Despatriarcalizar la faloarquitectura: hacia unas prácticas desde cuerpos que cuidan y cuerpos que necesitan ser cuidados que comenzamos el próximo 14 septiembre, y en el cual también participará respondiendo a la pregunta: ¿Podemos desarmar la normalización del metarrelato fálico en las prácticas arquitectónicas actuales, frenando así el abuso patriarcal que ha significado su uso como representación de la acumulación de capital, invisibilizando y constriñendo a los cuerpos que cuidan y cuerpos que necesitan ser cuidados (desprovistos de tal acumulación histórica)?

“En este sistema patriarcal no existe la maternidad, lo que existe son políticas de sometimiento y control de la reproducción humana. Porque si de condiciones hablamos, tenemos que cuestionar también la paternidad. Que prácticamente es una figura detenida en la del progenitor biológico y punto, existe por parte de los hombres la irresponsabilidad y abandono de sus hijos/as a escala mundial. La sociedad y el Estado sostienen y justifican a esos hombres padres irresponsables. Pero señala o castiga a aquellas mujeres que viven otras maternidades, o deciden abortar o deciden no ser madres finalmente” -Rosario Adrián (Mujeres Creando).

Converso con Rosario Adrián, feminista, pedagoga y mujer salvada por el feminismo de colectivo boliviano Mujeres Creando, de cual es parte. Se auto-sitúa como “La peor de todas”, y nos comparte su experiencia en la acción política, fuera de la lucha de “escritorio”, con el programa MI MAMÁ TRABAJA -un servicio sostenido con la autogestión y solidaridad. Hablamos en relación a la publicación, que nos ha convocado aquí Maternidad y soberanía sobre nuestro cuerpo (2011), en co-autoría con Helen Álvarez.

Ahondamos sobre el cuestionamiento político del mandato de la maternidad (como practica única blanqueadora/homogenizante) implantada como tarea irrenunciable para el cuerpo-histórico-mujer, ya que la expropiación de los úteros forma parte de la fundación y continuidad del pater-estado-nación-blanco-extractivista. La servidumbre instalada en lo reproductivo, sin que les tiemble el pulso a los que se enriquecen robando/acumulando a partir de la riqueza pisco-estructural y corpo-matérica (por aquello de que nos salgan entre las piernas las futuras fuerzas de trabajo) que generamos. Y sobre cómo, sólo, se pueden proyectar unos trabajos maternos desde la autonomía y corposoberanía reproductiva -no hay otra manera desde la que pensar lo reproductivo. Proyectando estrategias para desprendernos de las lógicas de abnegación, autocensura, sacrifico/autoexplotación y negación continua sobre el cuerpo madre como cuerpo deseante, fuera de las macho-exigencias-pater-centradas que colonizan nuestras profundidades inconscientes (y con las que estamos, día a día, negociando el propio proceso “expulsivo” del pater-interno-opresor que llevamos dentro, viendo las maneras de echarlo pa-fuera).

“¿Cómo seguir cumpliendo con estas labores de sostén y contención sin dejarse devorar en el intento? El trabajo materno es profundamente cronofágico, lo sabemos, sin embargo, la desaparición de estructuras externas de apoyo (sala cunas, colegios, actividades pre-escolares, red de ayuda familiar, etc.), producto de la crisis sanitaria, lo ha llevado a tal nivel de exacerbación que la “ambivalencia maternal” de la cual habla Rozsika Parker se ha convertido en un tema de supervivencia” -Sophie Halart.

Converso con la académica, Sophie Halart, profesora asistente del Instituto de Estética de la Pontificia Universidad Católica de Chile y PhD en Filosofía, Historia del Arte (2017) University College London (UCL) (Reino Unido), la cual investiga, actualmente, en la trama entre maternidad, materialidad en el arte contemporáneo chileno y feminismos. Además compañera en el proyecto, Sostener_encuentros para emancipar los trabajos maternos en colaboración con Carolina Castro, CCE Chile, Universidad Pontificia y Universidad Fines Terrae, que llevaremos a cabo el próximo mayo 2022 en Santiago de Chile.

Ahondamos en el canibalismo psico-afectivo materno, las cargas sobre el cuerpo-histórico que sostiene, el trabajo materno como una verdadera performance de funambulista que consiste también en quedarse con el problema y compartido por todxs para imaginar futuros de emancipación, de atención y de respeto mutuo, nutridos por nuestras existencias como seres interrelacionados y la maternidad como monstruosidad desde el falo-psicoanálisis, entre otros apuntes.

“Circunscribir la maternidad a la familia nuclear fundada sobre una relación sexoafectiva (a priori, heterosexual) me parece muy limitante y problemático porque supone fusionar y reforzar amor romántico y maternidad patriarcal” -June Fernández.

Converso con June Fernandez, periodista feminista, la cual acaba de cerrar un periodo vital de diez años como coordinadora de la valiosa Píkara Magazine – Periodismo con perspectiva feminista plataforma donde se han ido conjurando debates, pensamiento y movilización sobre todo lo que nos atraviesa a todos aquellas/aquelles que devenimos de opresiones diversas. Habla desde la riqueza interna que supone abrazar el puerperio siendo un cuerpo con un largo proceso desarticulación feminista y profundamente politizado. Actualmente forma parte de distintas iniciativas y redes sobre maternidades feministas, tales como, Maternidades bollo, y su práctica periodística ahonda en temas como la reproducción asistida, los permisos de nacimiento en parejas lesbianas o la violencia obstétrica, entre otros. Aquí podéis ampliar info.

Hablamos de heteropatercentrismo en las crianza, esencialismos a los que estar atentas, abandono público de los puerperio intensificado en el cuerpo gestante/sostenedor, la dimensión de los trabajos maternos y de cómo hay que dar visibilidad a modos de hacer las crianzas desde la responsabilidad psicoafectiva con organizaciones logístico-familiares no-normativas.

“Si encuentro que hay algo de esperanza en este mundo, es desde justamente las labores de cuidado –es decir, que no sólo puedo entender la maternidad en relación a la explotación y el patriarcado, y claro que el modelo Capitalista está sostenido por la invisibilización de esa labor como bien lo ha dicho Silvia Federici” -Gabriela Jauregui. “Cuando se nos pase el enfado y los falo-cuerpos entiendan y asuman su pérdida de poder/privilegio, podremos ir articulando un supuesto horizonte de equilibro entre cuerpos que asumen actividades humanas, no entre entre “padres” y “madres”, no entre “hombres” y “mujeres”, sino entre cuerpos que asumen su propia/genuina identidad de género, su propia/genuina práctica afectivo-sexual y desde ahí los Trabajos Maternos” -Luisa Fuentes Guaza.

Segunda parte de la conversación con la pensadora, escritora, poetisa y editora, Gabriela Jáuregui (Ciudad de México, 1979) la cual se incluye en el libro MM. Maternidades -edición y prólogo de Andrea Fuentes, textos de Gabriela Jáuregui, Clarisa Moura, Andrea Fuentes, Pilar Villela, Violeta Celis, Sara Schulz, Jazmina Barrera y Abril Castro (Caja de Cerillos Ediciones, México)-.

Su publicación, aquí, forma parte de las estrategias impulsadas por el Pulsador de Movilizaciones Internas sobre Trabajos Maternos (arrancado desde Futuridades Maternales y en desarrollo dentro del programa de Actividades Públicas del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de marzo a julio 2020) para ahondar/abrir y poner en circulación textos publicados sobre la dimensión política/filosófica/sociológica de la reproducción social y con ello ampliar las posibilidades críticas de tales actividades humanas (gestación/sostén y sostén).

Pulsador de Movilizaciones Internas (íntimo-revoluciones) sobre los Trabajos Maternos es una herramienta de autoindagación donde validamos la politización de lo íntimo como lugar de arranque de la revolución pacífica. Como manera de politizar al máximo nuestros sentires, experiencias biográficas y corpo-memorias.

Comenzamos el primer ejercicio del Pulsador (P1) con el diálogo/apertura del indispensable texto (al igual que otros que iremos abriendo aquí) de la pensadora feminista y académica, Carol Arcos Herrera: Feminismos latinoamericanos: deseo, cuerpo y biopolítica de lo materno (Centro de Estudios Culturales Latinoamericanos de la Universidad de Chile, Santiago, Chile) Debate Feminista 55 (2018), pp. 27-58. Actualmente docente en University of San Diego

«Me ha interesado inscribir el problema de la maternidad en el territorio biopolítico (Foucault, Agamben, Esposito, Mbembe, Preciado, entre otros y otras), pues considero capital la significación que cobra el cuerpo materno como cuerpo colectivo en nombre de una política sobre la vida en América Latina, a partir del siglo XIX**. El deseo de las mujeres se verá regulado por la ley del padre y el Estado, y estructurado en la cultura y la sociedad republicana a través del discurso materno-patriarcal. Esta discursividad acerca del cuerpo de las mujeres no se trata de una economía libidinal matricéntrica o múltiple, porque el proceso de sexuación y constitución de la subjetividad femenina está organizado mediante un poder reductor y uniformador, en torno a la reproducción heterosexual que opera como mecanismo inmunizador frente a lo que se concibe en la época como el desborde sexual tanático femenino». Carol Arcos Herrera (Página 36)