A continuación os compartimos una reflexión sobre las violencias y maltratos naturalizados dentro del espacio-hogar o espacios familiares de convivencia a partir del texto publicado en la sección de LA PLAZA en El Salto Diario, como parte del proceso de desactivación de la autocensura en el que hemos estado inmersas -sumidas forzosamente- durante más de 20 años, por las exigencias del que era nuestro clan-consanguíneo-paterno tras el fallecimiento de nuestra madre.
Clan-consanguíneo-paterno que nos obligó a tener que habitar el silencio-enfermo, la negación-inflamatoria y lo más grave, un tipo de crueldad sostenida en el tiempo que te va disociando o lo que es lo mismo, el hecho de tener que responsabilizarnos del maltrato que nos propiciaba nuestro progenitor, recién huérfanas de madre. Desplegando sobre nuestros cuerpos todo un paquete de psico-violencias, donde se comenzó negándonos como sujetos políticos legítimos, para ubicarnos dentro de una espiral de castigo a través de macho-manejos o pater-manejos para desestabilizar nuestro sentimiento de pertenencia y arraigo, situado en un contexto de Sur de Europa, donde todavía (al día de hoy) se habla de “señoritos versus gente del campo”, como manera de devaluar y reproducir lógicas feudales reforzadas durante las tinieblas franquistas, como parte de los psico-consensos del cuerpo social ubicado en ese Sur.
Sobre esto (macho-manejos del sentimiento pertenencia y arraigo) estamos estas semanas ahondando dentro del curso/proceso de auto-indagación: “Todo lo que no callaré o cómo desactivar la autocensura que asumimos como disciplina de jerarquización social para no ser expulsadxs del macho-mundo-pater-blanco-productivista (manejos del sentimiento de arraigo y pertenencia)”. Con participantes/compañerxs y aliadas desde El Salvador, México, Costa Rica, Perú, Canadá, Estado-Español, Euskal Herria y USA, y contando con el apoyo de Plataforma Catapulta (desde El Salvador), Y.ES Contemporary (Y.ES es una iniciativa de la Fundación Robert S. Wennett y Mario Cader-Frech) y MM Museo de las Mujeres de Costa Rica (desde San José) como plataformas aliadas.


