From junio, 2024

“La primavera como nuevo comienzo: por un hogar libre de violencias y maltratos. ¿Cuando se apagó la luz en los hogares? ¿Cuando se asumió que todo lo que se acumula ahí dentro era algo sin valor?”. Tomando como anclaje el texto publicado 16 abril (2024) en El Salto Diario, ampliamos la reflexión sobre las violencias normalizadas sobre el cuerpo-mujer-histórico y criaturas dentro de los hogares, preguntando a Mónica Díaz de Neira (Instituto Europeo de Salud Perinatal desde Madrid), Pako Herrero (La dinamo Acció Social desde Valencia) y Mónica Sotos (desde Madrid).

A continuación os compartimos una reflexión sobre las violencias y maltratos naturalizados dentro del espacio-hogar o espacios familiares de convivencia a partir del texto publicado en la sección de LA PLAZA en El Salto Diario, como parte del proceso de desactivación de la autocensura en el que hemos estado inmersas -sumidas forzosamente- durante más de 20 años, por las exigencias del que era nuestro clan-consanguíneo-paterno tras el fallecimiento de nuestra madre.

Clan-consanguíneo-paterno que nos obligó a tener que habitar el silencio-enfermo, la negación-inflamatoria y lo más grave, un tipo de crueldad sostenida en el tiempo que te va disociando o lo que es lo mismo, el hecho de tener que responsabilizarnos del maltrato que nos propiciaba nuestro progenitor, recién huérfanas de madre. Desplegando sobre nuestros cuerpos todo un paquete de psico-violencias, donde se comenzó negándonos como sujetos políticos legítimos, para ubicarnos dentro de una espiral de castigo a través de macho-manejos o pater-manejos para desestabilizar nuestro sentimiento de pertenencia y arraigo, situado en un contexto de Sur de Europa, donde todavía (al día de hoy) se habla de “señoritos versus gente del campo”, como manera de devaluar y reproducir lógicas feudales reforzadas durante las tinieblas franquistas, como parte de los psico-consensos del cuerpo social ubicado en ese Sur.

Sobre esto (macho-manejos del sentimiento pertenencia y arraigo) estamos estas semanas ahondando dentro del curso/proceso de auto-indagación: “Todo lo que no callaré o cómo desactivar la autocensura que asumimos como disciplina de jerarquización social para no ser expulsadxs del macho-mundo-pater-blanco-productivista (manejos del sentimiento de arraigo y pertenencia)”. Con participantes/compañerxs y aliadas desde El Salvador, México, Costa Rica, Perú, Canadá, Estado-Español, Euskal Herria y USA, y contando con el apoyo de Plataforma Catapulta (desde El Salvador), Y.ES Contemporary (Y.ES es una iniciativa de la Fundación Robert S. Wennett y Mario Cader-Frech) y MM Museo de las Mujeres de Costa Rica (desde San José) como plataformas aliadas.

“Las madres tenemos cuerpos”. Nuestros cuerpos como madres no forma parte del macho-mundo y ni de sus prioridades. “Lleváis toda la vida sosteniendo las vidas de todo cuerpo dependiente a vuestro alrededor como para que ahora os pongáis a quejaros, ¿no?”. 14 junio, 2024. El Salto Diario.

A continuación el texto publicado el pasado viernes en la sección de LA PLAZA sobre Maternidades en El Salto Diario:

Será porque viene el calor y el cuerpo se hace más evidente. La gestión de los líquidos, las inflamaciones, los cansancios. Comienza esa inercia de protegerte de la turra solar para poder seguir funcionando a lo largo del día, con todo lo que tenemos por delante, siendo madres. La temperatura hace que el quehacer diario se haga largo, y con el chicharre solar, a veces, denso.

 

Todo esto me hace pensar en nuestros cuerpos como madres, volver a ellos, una y otra vez. El calor me trae de vuelta a nuestros cuerpos, que se hacen más evidentes. Cuerpos de madres atravesados por síndromes, procesos inflamatorios, condiciones diversas, patologías, tránsitos oncológicos, enfermedades auto-inmunes, fatigas —vitales— crónicas, trastornos mentales por la precariedad sostenida en el tiempo, violentados por mandatos alopáticos, que sin saber ni cual es tu segundo apellido, te meten en la medicalización como salida. Cuerpos de madres embebidos en cortisol, que esto sostenido en el tiempo —lo sabe ya hasta el tato en medicina— es un terreno propenso para que se disparen las enfermedades. 

Taller online (25 y 26 junio, 2024): “Feminismos, reproducción de la vida y condiciones dignas: ¿qué necesitamos identificar, desmontar y vertebrar para que maternar o sostener a cuerpos dependientes no sea equivalente a esclavitud y pobreza?”. En colaboración con Colectiva TierraCíclica (Itzel Aparicio y Gisela Cortés) desde Hidalgo, Puebla y CDMX (México) + Txirbilenea Kulturgunea desde Sestao, Bizkaia (Euskal Herria).

El próximo 25 y 26 junio (2024) llevaremos a cabo este taller online intensivo sobre todo lo que conlleva la reproducción de la vida. Analizando los territorios que lo configuran: “lo externo” (1) y “lo interno” (2).

“Lo externo” (1) o andamiajes que nos organizan a nivel de cuerpo-social responsables de sostener nuestras vidas y las vidas de cuerpos dependientes al nuestro. Con esto nos referimos a los andamiajes propios a la reproducción social que ya existen (A): escuela, no escuela (fuera de punitivismos), comunidades auto-gestionadas de aprendizaje, acceso prioritario a la vivienda, articulación del hogar como lugar-sostén-apego-seguro, condiciones para salud futura, acceso alimentación, herramientas socio-culturales para la implementación de sentimiento de pertenencia y arraigo, formato sostén-salario o no, etc.

Andamiajes que tenemos que vertebrar y exigir al aparato público (B): viviendas cohousing (recomendamos revisar esta entrevista a la arquitecta, Paloma Mateo Villanova, sobre “Wagnis 3” (2010) compuesto por 99 viviendas proyectado para facilitar la vida comunitaria, centralizando el cuidado mutuo y la co-habitabilidad), viviendas proyectadas desde la colectivización de las crianzas, modalidades de escolarización no intensiva -o no escolarización- que no vulneren los derechos de las criaturas, qué necesitamos para alimentarnos desde una eco-responsabilidad como paradigma de eficiencia-homeostásica para generar condiciones de salud futura o facilitar los procesos de auto-regulación para los cuerpos dependientes al nuestro y hacia nosotras mismas/mismes, programas de bienestar psico-social, prestaciones universales sujetas a renta, apoyos alimentación humana fuera de lógicas miserabilistas, incentivos y articulación de marcos de investigación -desde el ámbito sanitario y académico- que revelen las conexiones entre maternidades y enfermedades (tránsitos oncológicos, procesos auto-inmunes, trastornos mentales, desajustes hormonales, etc), sacar a la estructura de jerarquización socio-familiar paterfamilias del Código Civil, desacralizar la unidad hetero-nuclear-binaria como baluarte de salud futura y condiciones vivibles, acabar con las lógicas de castigo sobre cuerpos que cuidan a otros cuerpos, etc. Junto a las desarticulaciones pendientes (por hacer) dentro del macho-contrato-social y de la cultura falo-macho-salarial (C).