From Actualización disciplina social sobre la crianza o sostén

“La maternidad normativa tiene que poder solventarse a sí misma, las madres pobres y precarizadas aparecen como irresponsables desde la narrativa del progreso nacional económico e incluso frente a los discursos antinatalistas que reducen la actual crisis climática a la sobrepoblación. Esto niega todo el trabajo de reproducción y cuidados de la vida que hay en la maternidad, sin remuneración ni descanso” –Luz Areli Hernández Escobar desde Apizaco/Tlaxcala (México) doctoranda Estudios Culturales en Colegio de la Frontera Norte “El Colef” (Baja California).

Os compartimos esta conversación –hoy lunes 25 de noviembre Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer– con la potente pensadora e investigadora feminista, Luz Areli Hernández Escobar. Nos habla desde Apizaco, Tlaxcala (México). Autora del podcast Maternidades. es presentado en Colegio de la Frontera Norte – El Colef (Baja California) donde también es doctoranda en Estudios Culturales. Maestra en Estética y Arte – Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, licenciada en Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Chiapas y diplomada en Defensa de los Derechos Humanos y Atención Humanitaria a las personas migrantes por la IBERO Puebla. Co-fundadora de Ecoworld Naciones Conscientes.

Las fuerzas activas y vivas que empujan las tramas inconscientes feministas hacia nuevos marcos que posibiliten una amplia y ancha emancipación –más allá de las exigencias del feminismo-productivista-occidental– convocaron una suerte de trama de pensadoras durante el curso/proceso que abrimos en esta plataforma, titulado Las prácticas maternas como dislocadoras de la normatividad del pater-macho-mundo: hacia nuevos (propios) simbólicos, enunciaciones específicas y acciones posibilitadoras para vivenciar-vidas-vivibles (más allá de las maternidades) como reparación de nuestra herida-socio-histórica en colaboración con Artistas Madres – Archivo colectivo de artistas madres desde Guadalajara (Jalisco, México) y MM Museo de las Mujeres Costa Rica desde San José.

Taller online (25 y 26 junio, 2024): “Feminismos, reproducción de la vida y condiciones dignas: ¿qué necesitamos identificar, desmontar y vertebrar para que maternar o sostener a cuerpos dependientes no sea equivalente a esclavitud y pobreza?”. En colaboración con Colectiva TierraCíclica (Itzel Aparicio y Gisela Cortés) desde Hidalgo, Puebla y CDMX (México) + Txirbilenea Kulturgunea desde Sestao, Bizkaia (Euskal Herria).

El próximo 25 y 26 junio (2024) llevaremos a cabo este taller online intensivo sobre todo lo que conlleva la reproducción de la vida. Analizando los territorios que lo configuran: “lo externo” (1) y “lo interno” (2).

“Lo externo” (1) o andamiajes que nos organizan a nivel de cuerpo-social responsables de sostener nuestras vidas y las vidas de cuerpos dependientes al nuestro. Con esto nos referimos a los andamiajes propios a la reproducción social que ya existen (A): escuela, no escuela (fuera de punitivismos), comunidades auto-gestionadas de aprendizaje, acceso prioritario a la vivienda, articulación del hogar como lugar-sostén-apego-seguro, condiciones para salud futura, acceso alimentación, herramientas socio-culturales para la implementación de sentimiento de pertenencia y arraigo, formato sostén-salario o no, etc.

Andamiajes que tenemos que vertebrar y exigir al aparato público (B): viviendas cohousing (recomendamos revisar esta entrevista a la arquitecta, Paloma Mateo Villanova, sobre “Wagnis 3” (2010) compuesto por 99 viviendas proyectado para facilitar la vida comunitaria, centralizando el cuidado mutuo y la co-habitabilidad), viviendas proyectadas desde la colectivización de las crianzas, modalidades de escolarización no intensiva -o no escolarización- que no vulneren los derechos de las criaturas, qué necesitamos para alimentarnos desde una eco-responsabilidad como paradigma de eficiencia-homeostásica para generar condiciones de salud futura o facilitar los procesos de auto-regulación para los cuerpos dependientes al nuestro y hacia nosotras mismas/mismes, programas de bienestar psico-social, prestaciones universales sujetas a renta, apoyos alimentación humana fuera de lógicas miserabilistas, incentivos y articulación de marcos de investigación -desde el ámbito sanitario y académico- que revelen las conexiones entre maternidades y enfermedades (tránsitos oncológicos, procesos auto-inmunes, trastornos mentales, desajustes hormonales, etc), sacar a la estructura de jerarquización socio-familiar paterfamilias del Código Civil, desacralizar la unidad hetero-nuclear-binaria como baluarte de salud futura y condiciones vivibles, acabar con las lógicas de castigo sobre cuerpos que cuidan a otros cuerpos, etc. Junto a las desarticulaciones pendientes (por hacer) dentro del macho-contrato-social y de la cultura falo-macho-salarial (C).

“Vamos entendiendo la maraña de consecuencias e impactos, en los procesos futuros de autorregulación, que genera lo que comes, cómo lo comes, donde lo comes, con quien lo comes, y cómo toda esta trama determina, parte, de tu manera de estar en el mundo. El macho-lío-patriarcal te dice que te alimenta a partir de la instalación del software patercentrado, donde se nos obliga a mirar donde no queremos. Hipertensión-productivista. Tiempos-estrechos bajo el expolio de nuestras fuerzas y violencia atencional. Saqueo a nuestra despensa psico-energética desde canis. Domesticación largoplacista. Te digo lo que no es para que comiences a normalizar el lío, la confusión, las tinieblas. Seguir ancladas en la pérdida, y con ello desproveernos de la potencia política que emana en la actividades humanas que sostenemos para la continuidad de lo vivo, de nuestros cuerpos vivos” -con ampliaciones de Alba Schiaffino desde Nafarroa.

¿Será que el estrangulamiento que nos está generando en las crianzas la subida de la comida -que ahora va por el 16%– revelará el valor psico-estructural de la actividad humana de alimentar ante el corpo-destrastre que nos atraviesa? ¿Será que no querer reconocer la hondura-dimensión, en nuestros procesos de salud futura, de lo que determina la manera de alimentarnos es una de las puertas de naturalización de las tragaderas que instalamos para ir zampando las opresión macho-normativas-patercentradas?

Os comparto una respuesta-aproximación-especulativa, para que sigamos dándole juntas, al proceso de poder desentrañar la macho-madeja de confusión, con ampliación de mi colega, amiga y comadre, Alba Schiaffino, brillante pensadora feminista donde las haya. Activista por la totalidad de sus venas desde su potente y hermoso cuerpo materno que sostiene una unidad de crianza monomarental libre de macho-exigencias. Deseante de horizontes llenos de posibilidades emancipadas, pero reales. Fuera de las negaciones de la corresponsabilidad-turbo-productivista. Y muy preocupada por cómo se están manejando las quitas de custodias, tutelas y dinámicas macho-institucionales en estos tiempos -los cuales recuerdan a las monjas adoctrinadas por psiquiatras franquistas que pertrecharon una de las mayores heridas sociales de la paco-dictadura, y durante la blanca-democracia-púerpera (medicalizada por los oligarquías postfranquistas).

“En este sistema patriarcal no existe la maternidad, lo que existe son políticas de sometimiento y control de la reproducción humana. Porque si de condiciones hablamos, tenemos que cuestionar también la paternidad. Que prácticamente es una figura detenida en la del progenitor biológico y punto, existe por parte de los hombres la irresponsabilidad y abandono de sus hijos/as a escala mundial. La sociedad y el Estado sostienen y justifican a esos hombres padres irresponsables. Pero señala o castiga a aquellas mujeres que viven otras maternidades, o deciden abortar o deciden no ser madres finalmente” -Rosario Adrián (Mujeres Creando).

Converso con Rosario Adrián: feminista, pedagoga y mujer salvada por el feminismo del colectivo boliviano Mujeres Creando -de cual es parte. Se auto-sitúa como “La peor de todas”, y nos comparte su experiencia en la acción política, fuera de la lucha de “escritorio”, con el programa MI MAMÁ TRABAJA -un servicio sostenido con la autogestión y solidaridad. Hablamos en relación a la publicación, que nos ha convocado aquí Maternidad y soberanía sobre nuestro cuerpo (2011), en co-autoría con Helen Álvarez.

Ahondamos sobre el cuestionamiento político del mandato de la maternidad (como practica única blanqueadora/homogenizante) implantada como tarea irrenunciable para el cuerpo-histórico-mujer, ya que la expropiación de los úteros formaba/forma parte de la fundación y continuidad del pater-estado-nación-blanco-extractivista. La servidumbre instalada en lo reproductivo, sin que les tiemble el pulso a los que se enriquecen robando/acumulando a partir de la riqueza pisco-estructural y corpo-matérica que generamos (por aquello de que nos salgan, entre las piernas, las futuras fuerzas de trabajo, o maternarlas sin haberlas gestado). Y sobre cómo, sólo, se pueden proyectar unos trabajos maternos desde la autonomía y corposoberanía reproductiva -no hay otra manera desde la que pensar lo reproductivo. Proyectando estrategias para desprendernos de las lógicas de abnegación, autocensura, sacrifico/autoexplotación y negación continua sobre el cuerpo madre como cuerpo deseante, fuera de las macho-exigencias-pater-centradas que colonizan nuestras profundidades inconscientes -con las que estamos, día a día, negociando el propio proceso “expulsivo” del pater-interno-opresor que llevamos dentro. Viendo las maneras, entre todas y todes, de echarlo pa-fuera.

“Con la actual crisis sanitaria nos encontramos frente a una importante oportunidad para continuar con la lucha antipatriarcal donde nuestros cuerpos maternos son relegados a la sumisión hogareña (…) el mismo sistema no quiere que esta situación cambie, y lo que ha hecho esta pandemia es más bien alargar y, de alguna manera, obstruir cualquier tipo de rebeldía (…) dejándonos, obviamente, con poco espacio y tiempo para reflexionar y poder retomar el diálogo de una manera consciente y sostenible” -Laura Fong Prosper

Converso con la artista visual y editora, Laura Fong Prosper (Ciudad de Panamá, 1978), residente en Berlín, desde donde asume el trabajo materno y trabajo profesional bajo estas nuevas coordenadas vitales víricas. Ahondamos en el estrechamiento de posibilidades y desarrollos vitales desde crianzas en contextos primermundistas intentando que esto no suponga tener que asumir una condición vital expropiatoria, muy conocida para nuestros cuerpos mujeres de manera histórica, o lo que es lo mismo, una neoesclavitud doméstica donde asumimos ser la mano-de-obra-encerrada-gratuita del machoestado para sostener los efectos de esta crisis sanitaria.

Fong Prosper en Mater (2020) narra las cargas que se va acumulando sobre nuestros cuerpos maternos durante el desarrollo de la crianza de nuestras criaturas a partir de la formalización visual del multitasking, lo hace de manera brillante, como retrato generacional de todxs lxs que asumimos los trabajos maternos. Revelando cómo se erige como práctica que demanda psicomatéricamente la totalidad del tiempo de trabajo sin posibilidad de remuneración, sin socialización ni distribución de tales cargas (como actividad humana, ahora, endurecida por el aislamiento). Además, en la obra en colaboración con ecóloga cultural panameña, Ela Spalding, Vida (2020) abordan las profundas implicaciones políticas en los cuerpos que necesitan ser cuidados y en los cuerpos que cuidan de las distintas maneras de hacer la práctica materna cotidiana.

«Criar bajo una actualizada disciplina social». ¿Será que el trabajo de cuidar de menores a cargo corresponde a un lugar mental colectivo profundamente vigilado y denostado al haber sido asumido por cuerpos “mujeres” en espacios domésticos panoptizados por los deseos del paterfamilias y, como consecuencia directa, si el paterestado decide reforzar la vigilancia de las crianzas en nombre de un orden social que se supone es “necesario” para manejar el contagio del virus lo aceptamos sin resistencias?

Aquí el texto publicado en Salto Diario sobre identificar, no olvidar, las coordenadas en las que la actividad humana de la crianza o trabajo materno estaban siendo asumidas antes de esta crisis, para no perder ni un centímetro de los avances conseguidos y reenfocar hacia un futurible, un futuro ya posible, los horizontes que proyectábamos en colectivo.

¿No estaremos entrando en una actualizada disciplina social de la crianza como actividad humana en el espacio público sin ser conscientes que estamos perdiendo emancipaciones internas que habíamos logrado abrir dentro de nosotras con mucho esfuerzo por desaprender y así poder escapar de la jaula donde nos coloca las narrativas del paterfamilias respecto a lo que son los cuerpos “mujeres” madres y cómo deben llevar a cabo sus crianzas?